Uno de cada cinco canadienses, un 20 % de la población, ha eliminado una comida de su dieta o ha reducido la cantidad de alimentos que ingiere cada día para poder llegar a fin de mes ante el aumento de la inflación, según una encuesta dada a conocer este lunes.

El sondeo, realizado por la Universidad de Saskatchewan entre el 6 de septiembre y el 17 de octubre con entrevistas a 1,001 personas, concluyó además que algo más del 30 % de los encuestados reconocieron que consumen alimentos menos saludables pero más baratos, que casi un 5 % ha robado comida por necesidad y que otro 5 % ha recurrido a una banco de alimentos.

Un informe de Food Banks Canada había señalado la semana pasada que el número de canadienses obligados a acudir a bancos de alimentos para poder llegar a fin de mes está en los niveles más altos de la historia.

Ese documento indicó que en marzo los bancos de alimentos del país recibieron 1.5 millones de visitas, un 15 % más que en el mismo mes de 2021 y un 35 % más que en marzo de 2019, justo antes del inicio de las restricciones de la pandemia.

Los problemas de la población para cubrir sus necesidades alimentarias coinciden con el fuerte aumento de los precios.

En junio, la inflación en Canadá se situó en el 8.1 %, su nivel más alto en 40 años. Desde entonces, el crecimiento del índice se ha moderado al 6.9 % en septiembre.

Pero la moderación de la inflación se ha producido por la bajada de los precios de la gasolina. En septiembre, el precio de los alimentos subió un 11.4 %, el mayor aumento interanual desde agosto de 1981.

Desde diciembre de 2021, los precios de los alimentos han aumentado más que el resto de los productos que componen el índice de precios al consumo.

En septiembre, los canadienses pagaron un 7.6 % más que hace un año por productos cárnicos, un 9.7 % más por productos lácteos, un 14.8 % más por el pan y un 11.8 % más por verduras frescas.