Turquía rechaza las críticas de la UE por no aplicar sanciones a Rusia
Por otro lado, subrayó su apoyo a Ucrania.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 2 años.
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Estambul. Turquía rechazó este miércoles las críticas de la Unión Europea (UE) por no imponer sanciones a Rusia y subrayó su apoyo a Ucrania y sus esfuerzos por facilitar un fin negociado del conflicto.
El Ministerio de Exteriores turco expresó su “sorpresa” ante la postura manifestada por Bruselas ayer, martes, al considerar que reduce “el papel de Turquía únicamente a la no participación en las sanciones de la UE, pasando por alto su resoluto apoyo a la integridad territorial de Ucrania y sus esfuerzos diplomáticos para poner fin a la guerra”, reza el comunicado.
La nota critica que la UE “presente la postura de Turquía de no participar, por principio, en sanciones unilaterales como un intento consciente de desactivar estas sanciones”.
“Nuestras relaciones comerciales y económicas con Rusia no son de una naturaleza que pueda anular las sanciones”, insistió Exteriores y defendió que la mediación turca en el acuerdo de cereales y el intercambio de prisioneros pretende “mantener en un mínimo las consecuencias negativas de la guerra”.
En su declaración sobre el proceso de ampliación de la UE y la concesión a Bosnia-Herzegovina del estatus de país candidato a la adhesión, los 26 lamentaron que Ankara no se adhiriese a las sanciones contra Moscú y le pidieron evitar que Rusia eluda la medida mediante la compra de bienes europeos de doble uso, civil y militar, a través del comercio con Turquía.
Ankara mantiene buenas relaciones tanto con Moscú como con Kiev, pero desde el principio ha proclamado la importancia de restituir la integridad territorial de Ucrania, incluyendo Crimea.
Bruselas reclamó también a Ankara que respete la soberanía y la integridad territorial de todos los países de la UE, en una alusión al conflicto que mantiene con Grecia y Chipre.
Como en anteriores ocasiones, Turquía responde rechazando la “declaración desafortunada” de la UE, acusando a Bruselas de actuar “como portavoz del binomio Grecia-Chipre”, de ser “víctima de los intereses de unos pocos países” y no reconocer los cambios que se han producido en el sistema internacional.