Cientos de musulmanes asaltaron una comisaría en la provincia paquistaní de Punjab el sábado, sacaron a un sospechoso de blasfemia de su celda, lo llevaron afuera y lo lincharon, informó la policía.

El policía Babar Sarfaraz Alpa dijo que un hombre identificado solamente como Waris fue apresado por profanar páginas de un ejemplar del Corán. Dijo que Waris pegó fotos suyas, de su mujer y de un cuchillo en varias páginas del libro sagrado, las exhibió y las repartió en el distrito rural de Nankana.

Alpa dijo que una turba enfurecida asaltó la comisaría de Warburton, donde algunos saltaron un muro mediante una escalera de madera y abrieron el portón principal para que ingresara el resto.

Los asaltantes saquearon la comisaría y sacaron a Waris de su celda.

“Cuando llegaron los refuerzos policiales, la turba ya había linchado al hombre y se disponía a quemar su cuerpo, pero la policía, con ayuda de gente más cuerda, lo impidió”, acotó Alpa.

La blasfemia se castiga con pena de muerte bajo la ley paquistaní.

Grupos paquistaníes e internacionales defensores de los derechos humanos dicen que las acusaciones de blasfemia se suelen utilizar para intimidar a minorías religiosas o ajustar cuentas personales. Desde hace tiempo presionan al gobierno paquistaní para que enmiende las leyes sobre blasfemia, a lo cual se resisten enérgicamente los islamistas.

El primer ministro paquistaní, Shahbaz Sharif, condenó el linchamiento y pidió al jefe de policía del Punjab que sancione a los agentes que no protegieron al sospechoso cuando se encontraba bajo su custodia.