Tribunal singapurense retrasa la ejecución de reo con discapacidad mental
Fue detenido en abril de 2009 con 42.72 gramos de heroína durante un control fronterizo y condenado a la pena capital un año más tarde.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 3 años.
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Bangkok. Un tribunal singapurense suspendió este lunes la ejecución inminente de un reo malasio con discapacidad intelectual condenado a muerte por entrar en el país con una pequeña cantidad de heroína hasta que se resuelva una apelación presentada por la defensa.
“El Alto Tribunal acaba de ordenar una suspensión de la ejecución mientras se decide la apelación en el Tribunal de Apelaciones”, señaló el abogado Ravi M. Ravi en su cuenta de Facebook sin dar detalles sobre cuánto tiempo puede durar el periodo de apelación.
La decisión frena de momento la ejecución mediante la horca prevista este miércoles del malasio Nagaenthran Dharmalingam, que fue detenido en abril de 2009 con 42.72 gramos de heroína durante un control fronterizo y condenado a la pena capital un año más tarde.
Durante el proceso judicial la evaluación psicológica determinó que el acusado, de 33 años, sufre problemas mentales y discapacidad intelectual moderada, al tener un coeficiente intelectual de 69 y padecer trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH).
El primer ministro malasio, Ismail Sabri Yaakob, escribió la semana pasada a su homólogo singapurense, Lee Hsien Loong, para pedir clemencia por el reo malasio y que se le permita pedir otra vez el perdón presidencial, que ya le fue negado en junio del año pasado.
Amnistía Internacional (AI) también pidió en una carta enviada el pasado miércoles a la presidenta singapurense, Halimah Yacob, que “intervenga inmediatamente” para frenar la ejecución del malasio ya que podrían cometerse “múltiples violaciones sobre leyes internacionales de los derechos humanos”.
AI subraya que los problemas intelectuales del detenido, demostrados también en posteriores análisis en 2013, 2016 y 2017, “pudieron haber afectado su capacidad para evaluar los riesgos y su relato de las circunstancias del delito”.
Sin embargo, las autoridades de la ciudad-Estado aseguran que el juicio ha sido celebrado con todas las garantías legales.
En 2019, Singapur realizó su última ejecución registrada al aplicar la pena capital -mediante el ahorcamiento- a cuatro reos, dos de ellos con delitos de drogas, según la ONG Federación Internacional para los Derechos Humanos (FIDH, en inglés).
Tanto Singapur como Malasia, donde también se aplica la pena capital, defienden la condena a muerte como una medida disuasoria contra el narcotráfico, los asesinatos y otros delitos frente a las críticas de organizaciones de defensa de los derechos humanos.