Puebla (México). Con el rostro cubierto con pañoletas o cubrebocas, y portando sombrillas rojas para cubrirse del fuerte sol, trabajadoras sexuales salieron a las calles de la ciudad de Puebla, centro de México, para conmemorar el Día Internacional de las Mujeres, levantar la voz y pedir a la sociedad y a las autoridades significación para su trabajo.

Las mujeres caminaron varias calles de la ciudad, capital del estado del mismo nombre, recorriendo el cuadrante en el que trabajan y caminaron al corazón de la ciudad para mostrarse como son. Su exigencia principal es que los ciudadanos las vean como mujeres, amigas, madres que realizan un trabajo, ya que han sido etiquetadas.

Relacionadas

Mariela Yazmín González, trabajadora sexual y líder de la Asociación Chicas de la 14, compartió con EFE que la marcha busca visibilizar a las trabajadoras sexuales como mujeres que tienen una vida y realizan actividades de la vida social como todas las mujeres.

“Pedimos la visibilización de las trabajadoras sexuales como mujeres, las trabajadoras sexuales también somos mujeres, amas de casa, que también vivimos violencia diaria y lamentablemente violencia institucional”, explicó

Por ello, agregó, “pedimos regulación a nuestro trabajo, como trabajadoras sexuales y no asalariado como en la Ciudad de México, que se legisle y que se quiten las penas administrativas que hay en contra de nosotras debido a que nos tratan como prostitutas y no lo somos”.

Aseguró que uno de los temas a vencer es la discriminación y el machismo de las autoridades, debido a que son víctimas de las críticas de la sociedad, que han ocasionado que en ocasiones las agredan, las escupan o les avienten líquidos como cloro y sean insultadas.

“Lamentablemente nuestro mayor, nuestro peor enemigo, es la Fiscalía, por parte de los hombres, por el machismo, porque a veces la misma sociedad nos apunta, pasan y nos discriminan, pasan y nos avientan cualquier cosa, a una compañera le aventaron cloro y esas son fuertes problemáticas”, expuso.

Lorena Rojas, presidenta de la Asociación Voces y Caminos (Vocam), compartió que son un grupo de profesionales en psicología y abogacía que ayuda a las trabajadoras sexuales a tratar temas de depresión, psicológicos, entre otros trastornos que pueden tener ante la vida de violencia que han vivido por ejercer ese oficio.

Compartió que tres de cada diez trabajadoras sexuales denuncian violencia, agresiones sexuales o trata de personas, esto debido a que siguen teniendo miedo, pero sobre todo por seguir siendo ignoradas por la autoridad y la sociedad.

“Es un trabajo que nosotros hemos realizado a partir de tocar fibras muy sensibles, precisamente porque sabemos la problemática que existe atrás de todo esto y muchas de ellas están teniendo el valor y la fuerza para poder enfrentarlo”, expuso Rojas.

“Nosotros vamos paso a paso con ellas y de ahí viene el nombre Voces y Caminos, las acompañamos y no las soltamos hasta donde ellas se sientan libres y se sientan bien, bajo un estilo de vida sano y dignificado”, añadió.

Rocio, trabajadora sexual, compartió a EFE que trabaja alrededor de siete u ocho horas diarias, para ganar recursos que ayuden a la manutención de sus cinco hijos, ya que tiene que cubrir estudios desde educación básica primaria hasta universidad, debido que sus hijos tienen de 8 a 20 años.

Apuntó que ella se dedica al servicio sexual por necesidad, debido a que no tiene estudios y le es complicado encontrar un trabajo remunerado y sobre todo que esté al alcance de las necesidades económicas que tiene diariamente.