Torturado el periodista asesinado en México
Rubén Espinosa sufrió lesiones graves en la cara antes de que lo mataran. Cuatro de las otras víctimas aparentemente fueron violadas antes de que las asesinaran.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 9 años.
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MEXICO. Las autoridades mexicanas indicaron el domingo que todas las líneas de investigación se encuentran abiertas sobre el asesinato de un fotoperiodista que se había refugiado en la Ciudad de México huyendo de las amenazas que recibió en el estado de Veracruz y que fue asesinado el viernes junto a cuatro mujeres.
"Están abiertas todas las líneas de investigación, incluyendo los datos de la entidad veracruzana", dijo Rodolfo Ríos Garza, procurador de Justicia del Distrito Federal.
Rubén Espinosa, de 31 años, trabajaba para el semanario de periodismo de investigación Proceso y la agencia fotográfica y periodística Cuartoscuro.
"Desde 2012 había recibido y denunciado de diversas maneras amenazas contra su vida por ejercer su trabajo periodístico", señalaron compañeros y amigos a través de un comunicado. "(Espinosa) estaba en el Distrito Federal, desde el 9 de junio, para escapar del riesgo que significa para un periodista ejercer la profesión en Veracruz".
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La organización defensora de la libertad de prensa Artículo 19 publicó una alerta sobre Espinosa el pasado 15 de junio después de que él denunciara que le seguían varios desconocidos, que le habían tomado fotos y que lo hostilizaban afuera de su casa en Xalapa, capital del estado de Veracruz, de donde el fotoperiodista había huido en junio a la capital del país.
Sin embargo, Ríos Garza subrayó que el motivo por el que Espinosa estaba en la Ciudad de México era la búsqueda de oportunidades profesionales.
Por su parte, Darío Ramírez, director de Artículo 19, pidió que se establezca como línea de investigación prioritaria la que se relaciona con el ejercicio del trabajo periodístico de Espinosa.
"Siento un desdén hacia la investigación por motivos periodísticos", lamentó. "Aquí el tema es que él denunció que tenía riesgo y un mes después fue asesinado".
En cumplimiento de la ley, Ríos Garza no hizo públicas las identidades de las mujeres, pero sí dio sus edades: 18, 29, 32 y 40 años. Una de ellas trabajaba como empleada en la casa que las demás compartían, otra era promotora cultural y otra era maquillista. Para los casos de las mujeres se aplican los protocolos de investigación para feminicidio.
Todos los cuerpos tienen signos de violencia "por el forcejeo previo antes de ser asesinados", dijo el procurador. La casa también fue saqueada.
Espinosa recibió golpes fuertes en la cabeza antes de ser asesinado. Tanto él como las cuatro mujeres recibieron disparos en la cabeza con una pistola de calibre 9 milímetros.
Según Ramírez, las mujeres también sufrieron abusos sexuales.
El asesinato se registró en el interior de un apartamento ubicado en la cuarta planta de un edificio de viviendas de clase media en la colonia Narvarte, cerca del centro de la ciudad. El edificio cuenta con una doble puerta de acceso. Ninguna de las dos puertas tenía las cerraduras dañadas y el edificio tiene una cámara de seguridad. En la misma calle hay otras cuatro cámaras de seguridad en negocios y viviendas y dos cámaras de vigilancia de la Secretaría de Seguridad.
El Procurador dijo que se han tomado 15 testimonios y que hay evidencias videográficas y genéticas que están siendo investigadas.
Veracruz ha sido un estado peligroso para el trabajo periodístico.
Espinosa se convirtió en el segundo periodista de Veracruz que es asesinado fuera del estado.
Once periodistas han sido asesinado en el estado desde 2010, todos durante el periodo del gobernador Duarte, en tanto que el más reciente ocurrió hace apenas un mes, según el Comité para la Protección de los Periodistas.
El asesinato de Espinosa aumentó las preocupaciones entre los reporteros que consideran a la capital mexicana un refugio frente a la intimidación y la violencia
El crimen ha generado tensión entre los periodistas, que hasta ahora consideraban la capital mexicana como un refugio frente a la violencia e intimidaciones continuas dirigidas contra los comunicadores en otras partes del país.
"El nivel de impunidad para mí es lo que permitió esto. Los periodistas desplazados en algún momento vinimos al DF como isla de protección. Ya no hay para dónde ir, para dónde correr", dijo un periodista que también ha abandonado el estado Veracruz y que solicitó mantenerse en el anonimato por motivos de seguridad.