Sídney (Australia). Las autoridades de Tonga trabajan este miércoles en una operación para evacúar a unos 150 residentes de las islas Mango y Fonoifua, dos de las más afectadas por la erupción y tsunami que golpeó el sábado el archipiélago.

Las edificaciones y los bosques quedaron cubiertos por un denso manto de ceniza volcánica tras la violenta explosión del 15 de enero de 2022.

La ministra neozelandesa de Exteriores, Nanaia Mahuta, confirmó en rueda de prensa que el operativo de la Marina tongana está en marcha y trasladarán a las personas a otras islas menos afectadas por el desastre natural.

“Somos conscientes de que hay daños significativos en las islas exteriores. Dos de esas islas, Mango y Fonoifua, serán evacuadas”, apuntó la canciller.

El gobierno de Tonga apuntó anoche, en su primer comunicado tras el desastre debido al corte de las comunicaciones, que el tsunami, con olas de hasta 15 metros de altura, destruyó todas las casas en la isla Mango, mientras que solo dos quedaron en pie en Fonoifua.

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Al menos tres personas han perdido la vida, incluida una mujer de 65 años en Mango, en este “desastre sin precedentes” registrado en la nación asentada en el Pacífico Sur.

En la tarde del sábado, la atronadora erupción del Hunga Tonga Hunga Ha’apai, que pudo escucharse a cientos de kilómetros de distancia y se apreció claramente desde el espacio, también provocó un tsunami que afectó a varias naciones bañadas por el Pacífico.

Nueva Zelanda y Australia han enviado barcos con ayuda humanitaria, que deberán ceñirse a los estrictos protocolos contra la pandemia en Tonga, una de las pocas naciones que han esquivado el virus.

Mientras en Tonga se trabaja para limpiar la pista de aterrizaje del aeropuerto de la principal isla del país para que permita la llegada de vuelos con suministros de emergencia.

La principal prioridad es la distribución de agua potable debido a que el desastre natural habría contaminado los acuíferos, ya sea por la lluvia de ceniza o mediante la invasión de agua salada.