Testigos sitúan a Boris Johnson en más fiestas investigadas por la Policía
Esto durante los estrictos protocolos que prohibían las reuniones multitudinarias para evitar la propagación del coronavirus.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 2 años.
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El primer ministro británico, Boris Johnson, asistió presuntamente a otra fiesta en la sede del Gobierno en Downing Street durante el estricto confinamiento por COVID-19 de enero de 2021, uno de los eventos investigados ahora por la Policía, según aseguraron diarios locales hoy.
El informe elaborado por la funcionaria Sue Gray para determinar si miembros del Ejecutivo se saltaron las reglas anticovid, que se publicó este lunes de manera parcial, reveló que se organizaron varios encuentros durante la pandemia -que previamente no se habían difundido.
Entre ellos, el documento incluyó un acto el 14 de enero del pasado año “por la marcha de dos secretarios privados del número 10 de Downing Street -oficina del primer ministro-”, pero sin aportar detalles.
El diario “The Guardian” citó fuentes- cuyas identidades no reveló- que ese evento se celebró en Downing Street, en parte como despedida por un asesor, que ahora ocupa un alto cargo de funcionario en el Departamento de Digital, Cultura, Medios y Deporte.
El periódico agregó que en el acto se bebió vino “Prosecco” y que Johnson, que se quedó durante unos cinco minutos, dio un discurso en el que les agradeció su trabajo.
El tercer confinamiento nacional por la pandemia había entrado en vigor tan solo una semana antes, el 6 de enero, con la instrucción a los ciudadanos de “permanecer en casa”, que prohibía a estos abandonar sus domicilios excepto en un limitado número de casos.
El jefe del Ejecutivo también asistió a otro encuentro organizado por su secretario Martyn Reynolds en los jardines de Downing Street el 2 de mayo de 2020, por el que se disculpó, y a la celebración de su 56 cumpleaños el 19 de junio ese mismo año.
Por su parte, el diario “Daily Telegraph” afirmó hoy que Boris Johnson estuvo en su apartamento de Downing Street la noche en la que se organizó un encuentro que investiga la policía el 13 de noviembre de 2020, el mismo día en que su antiguo superasesor Dominic Cummings fue obligado a abandonar su cargo.
Precisamente Cummings -con quien hoy mantiene una guerra abierta- aseguró ayer que hay “fotos del primer ministro en fiestas que están bajo investigación”, además de sostener que había hablado con personas que decían haber visto fotografías de eventos celebrados en el piso del “premier”.
Cummings dijo que, si la Policía hablase con personal de Downing Street sobre una supuesta fiesta ese 13 de noviembre, habría “testigos que dirían que podían oír (la celebración de) una fiesta con (música de) Abba sonando”.
El exasesor acusó también a Johnson de “vivir en una nebulosa de invención” y de “mentir literalmente a todo el mundo todo el día, incluyendo a Carrie (su esposa) y sobre Carrie”.
Pérdida de confianza
El diputado británico Tobias Ellwood, que preside la comisión parlamentaria de Defensa, dijo que ha perdido la confianza en el primer ministro tras los escándalos en Downing Street y le instó a someter a votación entre los conservadores su liderazgo del partido y del Gobierno.
“Es horrible para los diputados tener que defender continuamente esto ante los ciudadanos”, en alusión a las fiestas en la sede gubernamental durante la pandemia que presuntamente infringieron la normativa anticovid, afirmó.
“Creo que el primer ministro no se da cuenta de lo preocupados que estamos los colegas de todas partes del partido, con o sin cartera (ministerial), porque esto acabe yendo hacia un lugar muy feo”, declaró.
Ellwood considera que Johnson debe convocar por su cuenta una moción de confianza interna sobre su liderazgo y no esperar a que la instigue el grupo parlamentario.
Con todo, el exmilitar anunció que él personalmente ha enviado a Graham Brady, presidente de la ejecutiva del llamado Comité 1922 -que agrupa a los diputados “tories” sin cartera-, una carta en la que pide que se organice esa moción, que, en caso de perder, obligaría al líder a dimitir y provocaría unas elecciones primarias para sustituirle al frente del partido y del Gobierno.
Para organizar esa votación, Brady ha de recibir peticiones de al menos 54 parlamentarios o un 15% de la bancada conservadora, y mantiene el número en secreto hasta que se llega a ese umbral.
Solo un puñado de conservadores han informado públicamente de que han enviado esta misiva, por lo que se desconoce el número total.
Johnson está bajo presión para dimitir, desde fuera y dentro de su partido, al confirmar la Policía que investiga por posible incumplimiento de la ley doce fiestas celebradas en Downing Street en 2020 y 2021, a varias de las cuales asistió el jefe del Ejecutivo en persona.