Uruapan, México. A los mexicanos les preocupa que las amenazas del presidente electo estadounidense Donald Trump de imponer aranceles del 25% pudieran afectar a una amplia gama de productos icónicos de México y amenazar economías regionales enteras.

En el oeste del país ningún cultivo proporciona ingresos a tantos pequeños productores como los aguacates. Pero los cultivadores, recolectores y empacadores de aguacates temen que los consumidores estadounidenses, enfrentados a precios un 25% más altos, podrían simplemente dejar de consumir guacamole.

“Yo pienso que cualquier incremento en el precio de cualquier producto, su demanda disminuye”, dijo el cultivador de aguacates Enrique Espinoza. Huertos como el suyo son el sustento económico en el estado de Michoacán, en el occidente de México. “Sería una tragedia si los llegaran a cerrar”.

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La inauguración del gobierno de Trump el 20 de enero —cuando dijo que impondría aranceles— no podría haber llegado en peor momento: es cuando México comienza a enviar cajas del fruto verde hacia el norte para el domingo del Super Bowl, el pico anual de consumo.

José Luis Arroyo Sandoval, un gerente de una empacadora de aguacates en Michoacán, dice que la economía se vería afectada.

“Puede ser que nos disminuya el trabajo a nosotros porque no va a ser tan atractivo ya exportar”, declaró Arroyo, “porque va a ser muy caro el aguacate, si de por sí es caro”.

No sólo podrían verse afectados los productores mexicanos; los consumidores estadounidenses también podrían lamentarse.

La líder empresarial mexicana Gina Diez Barroso indicó en una conferencia de prensa el martes que un funcionario de agricultura estadounidense le dijo que nunca había recibido tantas quejas como cuando el gobierno de Estados Unidos detuvo las inspecciones de importación de aguacates mexicanos en 2022.

“Nunca en su vida tuvo tal caos en su oficina, porque pararon los aguacates mexicanos”, señaló Diez Barroso.

Espinoza está de acuerdo en que los consumidores probablemente compartirán el dolor.

“El gringo necesita el aguacate, o sea que es un buen producto, y yo creo que no lo van a dejar de de consumir”, apuntó.

Más bien, las medidas para contraatacar lo tienen preocupado: si México responde aplicando sus propios aranceles, como ha dejado entrever la presidenta Claudia Sheinbaum, los mexicanos enfrentarán no sólo una caída en los ingresos, sino precios altos para productos estadounidenses como el maíz, que es básico para alimentar animales en México.

“Aquí hay más pobres, entonces de alguna forma nos va a pegar a nosotros”, agregó Espinoza. “Estados Unidos sí tiene para pagar un 25% más por (los productos de) México. Muy pocos tenemos para pagar un 25% más de los productos que estemos importando de Estados Unidos”.

Y no es sólo el guacamole: los productores de tequila mexicanos han sido testigos de una bonanza en el mercado estadounidense. En 2023, Estados Unidos importó de México tequila por valor de 4,600 millones de dólares y mezcal por 108 millones de dólares.

Esto ha generado un temor moderado entre los productores de tequila, incluidos agricultores que cultivan agave en algunos de los suelos más secos y marginales, que no podrían sostener muchos otros cultivos.

“Estamos analizando las declaraciones y reacciones de las autoridades, un poco más adelante fijaremos una postura consensuada con los socios”, declaró la Cámara Nacional de la Industria Tequilera en un comunicado.

Y representantes de la industria dicen que una caída en el consumo de tequila —el tercer licor más popular de Estados Unidos, detrás del vodka y los cócteles premezclados— podría afectar a bares, restaurantes y clubes estadounidenses.

“A fin de cuentas, los aranceles sobre las bebidas alcohólicas destiladas de nuestros vecinos del norte y del sur van a perjudicar a los consumidores estadounidenses y derivar en pérdidas de empleo en toda la industria de la hospitalidad de Estados Unidos, en un momento en que estos negocios continúan su larga recuperación de la pandemia (de COVID-19)”, dijo el Consejo de Bebidas Destiladas de Estados Unidos en un comunicado.

Los aranceles probablemente sumirían a México en una recesión inmediata. El grupo financiero mexicano Banco Base estimó en un informe que por cada 1% que aumente el precio de las exportaciones mexicanas, su volumen cae en 1.33%.

En el supuesto de que los estadounidenses pudieran absorber la mitad del impacto de los aranceles y simplemente pagar precios más altos por los bienes mexicanos, aún podrían reducir su consumo en un 12%, estimó Banco Base.

“Esto se vería reflejado en el PIB con una contracción de 4,4%”, escribió el banco. “La caída no solamente se registraría en el 2025, pues esta se iría profundizando en la medida que el arancel durara más tiempo”.

Y los aranceles podrían afectar algunos productos que no se consideran especialmente mexicanos en lo absoluto.

El secretario de Economía de México, Marcelo Ebrard, dijo el miércoles que el 88% de todas las camionetas pickup de América del Norte provienen de México, aunque no estaba claro si se refería sólo a partes de las camionetas o a su ensamblaje final.

Ebrard afirmó que la imposición de aranceles del 25% significaría que los consumidores estadounidenses podrían tener que pagar 3,000 dólares más por cada camioneta pickup.

“Sería un disparo en el pie”, apuntó el funcionario.