Sudáfrica recuerda a Nelson Mandela a un año de su muerte
Realizan manifestaciones en su honor por todo el país.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 10 años.
PUBLICIDAD
Pretoria - Sudáfrica recordó hoy al padre fundador de su democracia, Nelson Mandela, en el primer aniversario de su muerte con dos actos oficiales de homenaje en Pretoria y otros muchos eventos en todo el país, que fueron escasamente secundados por los ciudadanos.
A primera hora de la mañana, la viuda de Mandela, Graca Machel, y compañeros de lucha contra el régimen segregacionista del "apartheid" como Ahmed Kathrada, realizaron una ofrenda floral a los pies de la estatua dedicada al expresidente ubicada en la pradera frente a los Union Buildings, los edificios del Gobierno en la capital.
"No hay una sola persona o institución que pueda reivindicarse como custodio del legado de Mandela", dijo Machel, al recordar la universalidad de los valores que representó Madiba, como se conoce popularmente al expresidente.
Pese a estar abierto al público, solo unas decenas de sudafricanos se acercaron a los Union Buildings, donde hace poco menos de un año cientos de miles de personas desfilaron ante el cuerpo sin vida de Mandela para darle su último adiós.
"He comprado unas flores para traerlas aquí y honrar todos los esfuerzos que hizo por nosotros", dice a Efe la estudiante Lusanda Mlambisa, quien vino hasta aquí para guardar los tres minutos de silencio nacionales decretados a partir de las 10.00 hora local (08.00 GMT) por el Gobierno en señal de duelo.
Seis minutos y siete segundos antes de las diez, también por iniciativa del Gobierno y en recuerdo a los 67 años que Mandela dedicó al compromiso político, los sudafricanos estaban llamados a hacer sonar sirenas, cláxones o silbatos hasta que empezara el minuto de silencio.
Por eso, los presentes en los Union Buildings se agruparon bajo la estatua, hicieron sonar silbatos y entonaron canciones en honor a Mandela.
No obstante, los seis minutos y siete segundos de ruido no se sintieron en las calles de Johannesburgo y Pretoria, según varios testigos.
Sí lo hicieron en el parque de la Libertad de Pretoria, donde continuaron los actos oficiales, y en Qunu, la localidad del sureste del país donde creció y está enterrado Mandela, en una ceremonia llena de discursos, música y baile tradicional con la que rindieron homenaje al hijo pródigo del pueblo.
En el parque de la Libertad, estuvieron presentes representantes del Gobierno, la sociedad civil y miembros de la familia Mandela.
"Madiba estaría decepcionado por la corrupción", afirmó el exabogado de Madiba y activista por los derechos humanos, George Bizos, en lo que pareció una referencia al actual presidente del país, Jacob Zuma, implicado en varios escándalos de abuso de poder y contra el que se abrieron en el pasado más de 700 cargos.
En un acto eminentemente institucional y sin apenas presencia de público, Bizos también destacó el respeto de Mandela por los tribunales, en otra flecha claramente dirigida a Zuma, que está de viaje oficial a China y ha cedido el protagonismo al vicepresidente, Cyril Ramaphosa.
Las muestras de reconocimiento pudieron verse también frente a la casa de Mandela en el barrio de Houghton, en Johannesburgo, en la que murió a los 95 años tras la larga enfermedad pulmonar que puso fin a sus días.
Allí, en el mismo lugar donde hoy hace un año desfilaron multitudes de sudafricanos para decir adiós al héroe nacional, unos pocos ciudadanos depositaron flores y tarjetas con mensajes de apoyo.
El acontecimiento más festivo del día tiene lugar esta tarde en el estadio "Wanderers" de Johannesburgo, donde los integrantes de las selecciones sudafricanas de cricket y rugby se enfrentarán en un partido de cricket para recordar a Mandela.
Tras pasar 27 años en la cárcel por sus actividades contra el "apartheid", Mandela lideró junto al último presidente del régimen segregacionista, Frederik de Klerk, una improbable transición democrática, y se convirtió en 1994 en el primer presidente negro de la historia de Sudáfrica.
Después de cinco años en el poder se retiró de la vida pública, dejando unas instituciones democráticas sólidas y sentando un precedente casi inédito entre los líderes de los movimientos de liberación africanos convertidos en presidentes.