Níger se despertó el jueves con el país dividido después de que soldados amotinados afirmaran haber depuesto al presidente. Sin embargo, el gobierno afirmó que nunca aceptaría el mandato de los rebeldes y pidió a la población que lo rechazara.

Aunque mucha gente en la capital, Niamey, seguía con su rutina diaria, no estaba claro quién controlaba el país ni a qué bando podría apoyar la mayoría. Un comunicado tuiteado por la cuenta del comando del ejército declaró que respaldaría el golpe para evitar una “confrontación cruenta que llevaría a un “baño de sangre”. No era posible confirmar si el comunicado era genuino.

Los partidos políticos mostraron un firme apoyo al presidente, Mohamed Bazoum, que estaba detenido en su residencia pero logró publicar un tuit de desafío el jueves.

“Los logros alcanzados con tanto esfuerzo serán protegidos. Todos los nigerianos amantes de la libertad y la democracia se encargarán de ello”, tuiteó Bazoum.

Varios grupos políticos tacharon la insurrección de “locura antirrepublicana y suicida”.

“Hubo un intento de golpe, pero por supuesto no podemos aceptarlo”, dijo el jueves el ministro de Asuntos Exteriores, Hassoumi Massoudou, en una entrevista con la cadena noticiosa France 24.

“Pedimos a todos los patriotas democráticos nigerinos que se planten como uno para decir no a esta acción disidente que intenta hacernos retroceder décadas y bloquear el progreso de nuestro país”, dijo.

También pidió la liberación incondicional del presidente y afirmó que había negociaciones en marcha. El presidente de Benín Patrice Talon previsiblemente encabezará los intentos de mediación a nombre de la Comunidad Económica de Estados del Oeste de África.

Bazoum fue elegido en 2021 en el primer traspaso de poder pacífico y democrático de la nación del oeste de África desde que se independizó de Francia en 1960. Es un aliado clave en los esfuerzos de Occidente para combatir a yihadistas vinculados con Al Qaeda y el grupo Estado Islámico en la región africana del Sahel. Los extremistas han atacado a civiles y personal militar, pero la situación de seguridad no es tan precaria como en países vecinos.

La lucha contra el extremismo en la región se ha convertido en una importante disputa en la que Occidente y Rusia pugnan por la influencia.

Muchos ven a Bazoum como la última esperanza de Occidente de tener un aliado en la región, donde Mali se ha alejado de su antigua potencia colonial, Francia, y ha buscado apoyo del grupo mercenario ruso Wagner. Se cree que Wagner también está ganando presencia en Burkina Faso.

El líder del Grupo Wagner, Yevgeny Prigozhin, dijo el jueves que los acontecimientos en Níger forman parte de la lucha contra “los colonialistas”.

“Efectivamente significa ganar la independencia. El resto dependerá del pueblo de Níger, de si puede gobernar eficazmente”, indicó en un comunicado Prigozhin, quien encabezó un breve alzamiento contra el gobierno ruso el mes pasado.

Los países occidentales han prestado ayuda a Níger y el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, visitó el país en marzo en un esfuerzo de estrechar lazos. En este momento hay tropas estadounidenses, francesas e italianas destinadas en Níger para formar a sus soldados. Francia también realiza operaciones conjuntas allí.

Pero la amenaza sobre Bazoum planteó el temor a que Níger también pudiera alejarse de Occidente.

Unos cientos de personas se reunieron el jueves en la capital y corearon su apoyo a Wagner mientras ondeaban banderas rusas. El día anterior hubo protestas que respaldaban al presidente.

En un reflejo de la importancia del país para Occidente, Blinken dijo el jueves que había hablado con el presidente y le había “dejado claro que le respaldamos con firmeza como el presidente del país elegido de forma democrática”.

Blinken, que se encontraba en Nueva Zelanda, reiteró la condena estadounidense al motín y dijo que su equipo se mantenía en contacto con autoridades en Francia y África.

Miembros de la guardia presidencial rodearon el miércoles por la mañana la casa de Bazoum, donde estaban él y su esposa, y detuvieron al mandatario.

Los soldados amotinados, que se autodenominaron Consejo Nacional para la Salvaguarda del País, dijeron en la televisora estatal que habían tomado el control debido al deterioro de la seguridad y la mala gobernanza económica y social en la nación de 25 millones de personas.

Los soldados dijeron que todas las instituciones habían quedado suspendidas y que las fuerzas de seguridad manejaban la situación. Hicieron un llamado a los socios externos del país a mantenerse al margen.

El intento de golpe estaría liderado por el jefe de la guardia presidencial, el general Tchiani, al que el presidente tenía previsto relevar de su puesto, según analistas nigerinos.

Según una persona cercana al presidente que habló bajo condición de anonimato porque no estaba autorizada a informar sobre la situación, el presidente no había renunciado, no iba a hacerlo y estaba a salvo en su residencia.

En su comunicado, el grupo de partidos políticos nigerinos afirmó que “nuestro país, enfrentado con inseguridad, terrorismo y los desafíos del subdesarrollo, no puede permitirse distraerse”.

La comunidad internacional condenó con dureza el golpe el jueves.

La ministra francesa de Exteriores, Catherine Colonna, tuiteó que Francia estaba preocupada por los sucesos en el país y seguía la situación de cerca. París “condena firmemente cualquier intento de tomar el poder por la fuerza”, tuiteó la ministra.

El jefe de política exterior de la Unión Europea, Josep Borrel, tuiteó que Níger es “un socio esencial” para la UE en el Sahel y que la desestabilización de la región “no iría en interés de nadie”. Reiteró el pleno apoyo de la UE a Bazoum.

El comisionado de derechos humanos de la ONU Volker Türk pidió la libertad de Bazoum y declaró que “se deben realizar todos los esfuerzos para restaurar el orden constitucional y el Estado de Derecho”.

Rusia también pidió la libertad del presidente y la vocera del Ministerio de Relaciones Exteriores Maria Zakharova dijo que el país desea “una rápida resolución a esta crisis política interna”.

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