Jerusalén. Siete palestinos murieron este viernes en enfrentamientos desatados por una incursión militar del Ejército israelí en la zona de Yenín, norte de Cisjordania ocupada, cuatro de ellos por el ataque de un dron, confirmaron las autoridades palestinas.

“Durante la actividad antiterrorista se produjeron en la zona intercambios de disparos con terroristas. Al mismo tiempo, los soldados rodearon un edificio en el que se atrincheraron más terroristas”, indicó el Ejército.

El Ministerio de Sanidad identificó a los muertos por el impacto del dron como Ahmad Basem Amouri, de 20 años; Qusay Hazouz, de 23; Fuad Aziz Ashkar, de 25; y Yassim Al Aridi, de 30; que fueron trasladados al hospital gubernamental de Yenín tras ese ataque en el campo de refugiados, bastión de milicias armadas.

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Luego se confirmó la muerte de Mohamed Jabareen, de 54 años; y los hermanos Hamam Hashash, de 23 años; y Harith Hashash, de 19, por disparos de las fuerzas israelíes.

Salvo Jabareen -no vinculado a ninguna milicia-, el resto pertenecían a la Brigada de Yenín, que opera en la zona desde hace dos años y aglutina a combatientes de todas las milicias y facciones. Yassim al Aridi era un comandante de las Brigadas al Qasam, brazo armado de Hamás; mientras que el resto eran combatientes asociados a la Yihad Islámica.

El Ejército confirmó que una “célula terrorista armada” fue eliminada en un ataque aéreo con un dron; y que en los enfrentamientos mataron a Hamam Hashash y “a otro terrorista” -presumiblemente su hermano- que participaron en el ataque con un explosivo contra las tropas israelíes, el pasado 27 de junio en Yenín, en el que murió el capitán Alon Sacgiu.

Desde ese día, las Fuerzas de Defensa de Israel y el Shin Bet llevaron a cabo un esfuerzo de inteligencia preciso para localizar a los responsables de ese ataque contra soldados. Hace dos días, la Policía de Fronteras mató al palestino Nidal Amar, quien supuestamente también participó en la detonación del artefacto explosivo.

“La sangre de los mártires alimenta la intifada contra la ocupación, y el terrorismo sionista. Las políticas de destrucción no doblegarán la voluntad de nuestro pueblo”, indicó un comunicado de Hamás; mientras que la Yihad exaltó la “firmeza y determinación” de sus “heroicos combatientes”.

La agencia oficial palestina Wafa informó de que las fuerzas especiales del Ejército irrumpieron en el campamento y sitiaron la casa del palestino Ahmed Marwan al Ghoul, además de bombardearla con proyectiles y desplegar francotiradores que abrieron fuego.

Con megáfonos, pidieron al joven que se entregara a las fuerzas, mientras estallaron enfrentamientos con palestinos armados en los alrededores de esa vivienda.

Durante la madrugada, las tropas israelíes también llevaron a cabo redadas -que incluyeron disparos con munición real y granadas- en las ciudades cisjordanas de Nablus y Qalqilya.

Cisjordania ocupada vive su mayor espiral de violencia desde la Segunda Intifada (2000-05), y en lo que va de año más de 240 palestinos han muerto por fuego israelí, la mayoría milicianos o atacantes, pero también civiles, incluidos unos 50 menores, según el recuento de EFE, tras cerrar 2023 como el año más letal en dos décadas, con más de 520 muertos.

Del lado israelí han muerto 17 personas: 11 uniformados y seis civiles, cinco de ellos colonos.

El Ejército israelí intensificó sus ya frecuentes incursiones en la Cisjordania ocupada tras el ataque de Hamás del 7 octubre y desde entonces han muerto al menos 568 palestinos en incidentes violentos con Israel, principalmente con tropas, pero también a manos de colonos.

Desde entonces Israel ha detenido en Cisjordania a más de 4,150 “sospechosos de terrorismo”, de lo que dice que más de 1,700 tienen vínculos con Hamás.