CARACAS— Protestas callejeras, violencia sin precedentes durante una jornada electoral y gran apatía del electorado dominaron la jornada del domingo en Venezuela para elegir a los delegados de la Asamblea Constituyente. Este escenario presagia tiempos difíciles para el presidente Nicolás Maduro, que deberá llevar adelante la reforma de la constitución entre una creciente presión local e internacional. 

Unos 19.4 millones de venezolanos podían participar en la votación que arrancó pasadas las seis de la mañana y que prorrogó por casi catorce horas. Al final de la jornada las autoridades del Consejo Nacional Electoral anunciarán los 545 constituyentes que resultaron electos. 

Sin ofrecer mayores detalles sobre la asistencia de electores y en contraste con lo que se observó en algunos centros, el alcalde oficialista de Caracas, Jorge Rodríguez, afirmó que "hemos tenido verdaderas oleadas desde 6 de la mañana de millones de mujeres y hombres". Por su parte el dirigente opositor Henrique Capriles indicó que la asistencia de votantes rondó los tres millones. 

Por la tarde, la Fiscalía General confirmó la muerte de siete personas: Ronald Ramírez Rosales, guardia nacional que recibió un disparo en un liceo militar del Táchira; Ángelo Méndez, de 28 años, y Eduardo Olave, de 39, tras ser heridos con armas de fuego en el estado occidental de Mérida; Luis Zambrano, de 43 años, quien falleció a consecuencia de un disparo en la cabeza en la ciudad occidental de Barquisimeto, estado Lara; Ricardo Campos, opositor de 30 años que fue víctima de un tiro cuando dos policías dispararon contra una barricada en el estado oriental de Sucre, y dos adolescentes del Táchira, de 17 y 13 años. 

Con estas muertes se eleva a al menos 122 la cifra global de fallecidos como producto de las manifestaciones desde hace 120 días y que han dejado casi 2,000 heridos y más de 500 detenidos. 

Cerca del mediodía, una motocicleta en la que se trasladaba un policía se incendió tras una explosión que ocurrió a un lado de la plaza Francia de Altamira, en Caracas, cuando fuerzas de seguridad dispersaban a decenas de manifestantes que protestaban contra la Constituyente. Tras la explosión y el incendio, siete policías resultaron heridos, según indicó la Fiscalía General. 

El ministro de Relaciones Interiores, mayor general Néstor Reverol, dijo a la prensa que en las últimas horas se habían registrado eventos focalizados en los estados occidentales de Mérida y Táchira, pero sostuvo que se resolvieron de manera inmediata. 

Los incidentes empañaron la consulta electoral que había transcurrido con normalidad y escasa asistencia de electores, según constató The Associated Press en un recorrido por varios centros de votación de la capital. 

Entre los primeros votantes estuvo el presidente Nicolás Maduro, quien de manera inusual acudió al amanecer a un centro electoral del oeste de Caracas. En anteriores procesos el mandatario había votado después del mediodía. 

"Estoicamente aguantamos la campaña mundial. Estoicamente aguantamos la violencia terrorista y criminal", dijo Maduro al desestimar las presiones internas y los cuestionamientos internacionales que enfrentó su iniciativa. "Ojalá el mundo extienda sus brazos de respeto hacia nuestra patria", agregó. 

Unos 5,500 candidatos, incluidos el vicepresidente del partido oficialista, el diputado Diosdado Cabello y la excanciller Delcy Rodríguez competirán en esta consulta para elegir 545 constituyentes. La oposición no presentó candidatos, lo que dejó abierto el camino para que el oficialismo domine la Asamblea. 

Durante los últimos dos meses los opositores han intensificado las acciones de protesta para tratar de frenar la iniciativa de reescribir la carta magna impulsada por Maduro. Han alegado que lo consideran un "fraude constitucional" porque se hizo sin llamar previamente a un referendo consultivo como el realizado en 1999. De hecho, la alianza realizó el 16 de julio un simulacro de votación en el que 7,5 millones de venezolanos rechazaron el proceso. 

Pese a las presiones internas y los llamados que hicieron varios países, entre ellos Estados Unidos, que abrió la posibilidad de aplicar sanciones económicas, Maduro siguió adelante con la iniciativa. Los gobiernos de Argentina, Perú y Brasil se sumaron el domingo a la posición que habían expresado días atrás Colombia, México y Panamá contra el proceso de reforma de la constitución.