Londres. - La organización humanitaria "Save the Children" informó hoy de que investigará cómo la enfermera escocesa Pauline Cafferkey, hospitalizada en Londres, contrajo ébola mientras trabajaba en un centro de tratamiento en Sierra Leona.

Cafferkey trabajaba con esa organización en la localidad de Kerrytown, en Sierra Leona, pero al regresar a Escocia hace una semana fue diagnosticada con el virus y traslada al hospital Royal Free, de Londres, donde su estado es crítico.

En unas declaraciones hoy a la BBC, el director de "Save the children" en Sierra Leona, Rob MacGillavray, dijo que la organización no gubernamental realizará una investigación especial para evaluar sus procedimientos de prevención.

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"Debido a este grave caso, hemos puesto una revisión extraordinaria (de los protocolos) para asegurarnos que hacemos todo lo posible e investigamos, para identificar en la medida de lo posible la fuente de la infección", añadió.

MacGillavray precisó que la investigación se centrará en revisar el equipo protector que se usa, los contactos entre personas, tanto dentro como fuera del centro de tratamiento de Kerrytown.

El sábado, el hospital Royal Free informó de que el estado de la sanitaria se ha deteriorado y es "crítico".

La enfermera llegó el pasado 28 de diciembre por la noche a Glasgow tras un vuelo que hizo escala en Casablanca (Marruecos) y el aeropuerto londinense de Londres, donde se le permitió continuar su viaje a Escocia a pesar de comunicar que se sentía mal.

Según el hospital, la sanitaria empezó hace unos días a recibir un tratamiento experimental antivírico elaborado con plasma sanguíneo de supervivientes de la enfermedad.

La enferma es empleada del Servicio Nacional de Salud (NHS, por sus siglas en inglés) británico y trabajaba en Sierra Leona con la organización humanitaria "Save the Children".

El primer ministro británico, David Cameron, no descarta establecer algún tipo de sistema de cuarentena para los que regresan de las zonas afectadas, pero insistió en que primero hay que recibir el asesoramiento de los expertos médicos.

Este es el segundo caso británico de ébola, tras el del enfermero William Pooley, que contrajo el virus el pasado agosto mientras trabajaba en Sierra Leona pero se recuperó tras ser repatriado a Londres para recibir tratamiento en el hospital Royal Free.

En virtud de los protocolos en vigor en Reino Unido, cualquier persona a la que se le ha diagnosticado ébola debe ser trasladada a la unidad de aislamiento preparada especialmente en el hospital Royal Free de la capital británica lo antes posible.

Según las autoridades sanitarias británicas, esta unidad cuenta con todas las instalaciones y el personal necesarios para asegurar que el paciente recibe el mejor de los cuidados.

El ébola -cuyos primeros síntomas son fiebre, dolores musculares, cansancio y dolor de cabeza- ha causado la muerte de casi 8.000 personas en frica occidental desde que el brote empezó hace un año.