Santa Claus ha llegado a la ciudad. Y no precisamente en trineo.

Decenas de niños con discapacidad se reunieron el martes en la playa de Copacabana, en Río de Janeiro, para recibir regalos —y alegría— nada más ni nada menos que de manos de Santa Claus, una labor conjunta de los bomberos de la ciudad y asociaciones sin fines de lucro.

Con el termómetro en los 80 Fahrenheit, el sargento del cuerpo de bomberos Thiago Carvalho de Paiva se enfundó en el traje de Santa Claus poco antes de la entrada del verano a Río, desplazándose sobre el agua entre el aplauso de los asistentes.

“Queríamos encontrar una manera especial para la llegada de Santa Claus”, dijo Renato Grigorovski, un portavoz del departamento de bomberos de Río.

El día comenzó con un espectáculo de perros rastreadores que mostraron sus habilidades y se extendió hasta el almuerzo, con palomitas de maíz y refrescantes tazones de acai. La celebración alcanzó su punto culminante cuando Santa llegó a bordo de una moto acuática, haciendo una gran entrada en la playa.

Pero no todo fue diversión y juegos para Santa. Después de entregar los regalos, De Paiva tuvo que regresar rápidamente al agua para rescatar a tres personas que parecían tener problemas para volver a la orilla.

Ninguna de ellas resultó herida, dijeron los bomberos.