Roma. Un sacerdote italiano de 34 años se encuentra desde este martes en arresto domiciliario, acusado de homicidio vial agravado y omisión de socorro, tras atropellar a una joven motociclista, que murió por el impacto, y darse a la fuga, sin socorrerla.

La víctima, de 32 años, conducía por una carretera estatal cuando sufrió una caída, y aunque en un primer momento se pensó que había perdido el control de la moto, después se descubrió que la mujer presentaba señales de aplastamiento, lo que hizo sospechar que le había pasado un coche por encima.

Los resultados de la autopsia desvelados este martes señalan que la víctima seguía viva después de caer de la moto, y que murió tras ser golpeada en la cabeza por un coche y ser arrastrada varios metros por el asfalto, informaron medios locales.

Al revisar las imágenes de una cámara de seguridad de un área de servicio cercana, los investigadores descubrieron al sacerdote detenido en el establecimiento revisando su vehículo, por lo que procedieron a analizar el coche y encontraron restos de sangre de la víctima.

Los hechos ocurrieron el 2 de abril cerca de Turi, un municipio de la provincia de Bari (sur de Italia) del que el acusado era párroco.

Durante el interrogatorio inicial, el acusado explicó que sintió un golpe mientras conducía, que pensó que se trataba de una piedra y que nunca vio la motocicleta ni a la chica debido a la oscuridad total.

El hombre se encuentra bajo arresto domiciliario acusado de homicidio vial agravado y omisión de socorro a petición de la Fiscalía, que alegó peligro de reincidencia y alteración de pruebas.

Las investigaciones del tribunal de Bari también apuntan a que el sacerdote utilizó el teléfono móvil hasta 11 segundos antes del impacto y que la colisión entre el coche y el cuerpo de la víctima se produjo 20 segundos después de la caída, según las mismas fuentes.