Serbia. Muchos rusos están viajando a Serbia para recibir vacunas occidentales contra el COVID-19. Cuando los reguladores rusos aprobaron la vacuna contra el coronavirus desarrollada en el país fue un momento de orgullo nacional, y la familia Pavlov estuvo entre los que se apresuraron a recibir la inyección, pero las autoridades de salud internacionales aún no han dado su bendición a la Sputnik-V.

Por eso cuando la familia de Rostov-on-Don quiso viajar a Occidente, buscaron una que les permitiese moverse con libertad, una cruzada que los llevó a Serbia, a donde cientos de ciudadanos rusos han acudido en las últimas semanas para recibir los fármacos contra el COVID-19 que cuentan con el beneplácito de las autoridades occidentales.

Serbia, que no forma parte de la Unión Europea, es una elección apropiada para los rusos que quieren vacunarse porque no necesitan visa para entrar a la nación balcánica aliada, que les ofrece una amplia gama de opciones. Los viajes organizados para rusos se ha incrementado, pueden verse grupos en la capital, Belgrado, en hoteles, restaurantes, bares y clínicas de vacunación.

Nos pusimos la vacuna de Pfizer porque queremos viajar alrededor del mundo”, afirmó Nadezhda Pavlova, de 54 años, tras recibir la inyección el fin de semana pasado en un concurrido centro en Belgrado.

Su esposo, Vitaly Pavlov, de 55, dijo que quería que “el mundo entero se abra para nosotros, no solo unos pocos países”.

Los paquetes de vacunación para quienes buscan fármacos respaldados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) aparecieron en el mercado a mediados de septiembre, según la Asociación de Operadores Turísticos de Rusia.

El precio del viaje oscila entre $300 y $700, en función de lo que incluya, señaló Maya Lomidze, directora ejecutiva del grupo.

Presentada por el presidente Vladimir Putin como la primera vacuna registrada en el mundo contra el COVID-19, la Sputnik-V apareció en agosto de 2020 y ha sido autorizada en unos 70 países, incluyendo Serbia. Pero la aprobación de la OMS sigue en revisión por problemas en una planta de producción hace unos meses.

Una alta funcionaria de la agencia de salud de Naciones Unidas dijo el viernes que los problemas legales que están demorando la revisión del fármaco están “a punto de resolverse”, un paso que podría relanzar el proceso hacia la autorización para su uso de emergencia.

Pero la propuesta rusa tiene aún otros obstáculos, como la falta de información científica completa y de inspecciones en los centros de fabricación, dijo la doctora Mariangela Simao, directora general adjunta de la OMS.

Además de la OMS, la Sputnik-V está esperando también luz verde de la Agencia Europea de Medicamentos para que se puedan levantar todas las restricciones para quienes hayan recibido esta fórmula.

La larga espera ha frustrado a muchos en Rusia, por lo que cuando la OMS anunció otro retraso en septiembre, comenzaron a buscar soluciones en otras partes.

La gente no quiere esperar. La gente necesita poder entrar en Europa por varias razones personales”, explicó Anna Filatovskaya, vocera de la agencia de viajes Russky Express en Moscú. “Algunos tienen familiares. Algunos tienen negocios, otros estudian o trabajan. Algunos simplemente quieren ir a Europa porque lo echan de menos”.

Serbia, que también es una nación cristiana ortodoxa y eslava, ofrece las vacunas de Pfizer-BioNTech, AstraZeneca y la china Sinopharm. Por demanda popular, las agencias de turismo rusas ofrecen también viajes a Croacia, donde se puede recibir la unidosis de Johnson & Johnson, que hace que no tengan que regresar para la segunda inyección.