Rusia sufrió una cantidad significativa de bajas y perdió gran cantidad de pertrechos militares luego de que las fuerzas de Kiev les impidieron cruzar un río en el este ucraniano, revelaron el viernes funcionarios británicos, en una nueva señal de las dificultades de Moscú para obtener victorias decisivas y enderezar una guerra que ha tomado un rumbo inesperado.

En tanto, las autoridades ucranianas iniciaron el primer juicio por crímenes de guerra del conflicto, un proceso que los observadores internacionales vigilarán estrechamente para garantizar que los autores de las atrocidades tengan un juicio justo. El juicio comienza mientras la campaña rusa en la región industrial de Donbás logra avances vacilantes.

El mando de las fuerzas aerotransportadas ucranianas divulgó fotos de lo que dicen es un puente de pontones ruso dañado sobre el río Siversky Donets y varios vehículos militares rusos destruidos o dañados en los alrededores. Informes noticiosos ucranianos dijeron que las tropas nacionales impidieron el cruce del río días atrás, dañaron decenas de tanques o vehículos o forzaron a las tropas rusas a abandonarlos.

El ministerio de Defensa británico dijo que Rusia perdió una cifra “significativa” de efectivos, al menos un batallón —alrededor de 1,000 soldados— y equipos utilizados para instalar un puente provisorio en el intento de cruzar el río.

“Realizar cruces de ríos en un ambiente disputado es una maniobra altamente riesgosa y señal de que los comandantes rusos están bajo presión para avanzar en sus operaciones en el este de Ucrania”, dijo el ministerio en su informe diario de inteligencia.

Les ha resultado difícil, aunque han traído tropas de otras partes del país a Donbás, según el comunicado.

Algunos analistas pensaban que la campaña en Donbás le daría al presidente Vladimir Putin un campo de batalla más accesible tras el fracaso en el intento de tomar la capital, pero las tropas de ambos países pelean aldea por aldea.

En esos enfrentamientos encarnizados, el jefe militar ucraniano para la región de Luhansk dijo que las fuerzas rusas abrieron fuego 31 veces en zonas residenciales y destruyeron decenas de viviendas en las aldeas de Hirske y Popasnianska, así como un puente en Rubizhne.

Las autoridades ucranianas proclamaron un nuevo éxito en el Mar Negro, al decir que sus fuerzas dañaron un buque ruso, aunque no hubo confirmación por parte de Moscú ni se informó de bajas.

El buque logístico Vsevolod Bobrov sufrió graves daños, pero se cree que no se hundió, cuando intentaba llevar equipos antiaéreos a la isla Víbora, dijo Oleksiy Arestovych, un asesor del presidente ucraniano.

Mientras tanto, en un tribunal en Kiev, decenas de periodistas atestaron la sala para presenciar el inicio del primer proceso en tiempo de guerra. El sospechoso Vadim Shyshimarin, de 21 años, acusado de matar a tiros a un civil de 62 años, permaneció en un pequeño recinto de vidrio durante la audiencia, que duró unos 15 minutos. Vestía un overol azul y gris con capucha y pantalones grises de gimnasia.

Se le formularon varias preguntas, entre ellas si comprendía sus derechos y si quería un juicio con jurado. Dijo que no. Su abogado, Victor Ovsyanikov, reconoce que hay pruebas contundentes en su contra, pero que el tribunal decidirá cuáles son admisibles. No dijo cómo encarará la defensa,

Shyshimarin, miembro de una unidad de tanques rusos capturada por las fuerzas ucranianas, confesó en un video publicado por el servicio de seguridad de Ucrania que mató al civil y dijo que le dieron la orden de hacerlo.

A medida que continúa la guerra, los maestros tratan de recuperar una sensación de normalidad con las escuelas cerradas y las vidas de millones de niños alteradas. En Járkiv, la segunda ciudad de Ucrania, se realizan clases en una estación de metro utilizada como refugio antiaéreo y convertida en el hogar de muchas familias.

“Ayuda a darles apoyo mental, porque hay una guerra y muchos perdieron sus hogares... los padres de algunos están combatiendo”, dijo el maestro Valeriy Leiko. Con esas clases “sienten que alguien los ama”.

Los niños se sentaron con Leiko en torno de una mesa para recibir lecciones de historia y de arte en la estación, donde las paredes están decoradas con dibujos de los alumnos.

Anna Fedoryaka seguía las lecciones de literatura ucraniana que da el maestro Myjailo Spodarets por internet desde un sótano. “Es difícil concentrarse en las tareas cuando hay explosiones junto a tu ventana”, dijo.