La reina Isabel II murió de vejez, según reveló su certificado de defunción publicado hoy por el Registro Nacional de Escocia.

Según la prensa del Reino Unido, el documento indicó que la monarca falleció el pasado 8 de septiembre a las 3:10 p.m. en el castillo de Balmoral en Escocia. La monarca tenía 96 años.

Se informó que el escrito fue firmado por su hija, la princesa Ana. El certificado de defunción también lleva el nombre de su padre, el rey Jorge VI, y su madre, Elizabeth Bowes-Lyon.

Tras su fallecimiento, el primogénito de la reina, el príncipe Carlos, se convirtió en el nuevo rey.

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“La reina murió pacíficamente en Balmoral esta tarde. El rey y la reina consorte permanecerán en Balmoral esta noche y regresarán a Londres mañana”, expresó el Palacio de Buckingham en sus plataformas digitales el 8 de septiembre.

Isabel II entra en los libros de historia como una de las más grandes monarcas británicas, admirada y respetada por los ciudadanos, a los que ha servido con una dedicación reconocida en todo el mundo

Isabel Alejandra María, soberana del Reino Unido y de varios países de la Mancomunidad Británica de Naciones (Commonwealth antiguas colonias), ha sido la monarca más longeva de la historia de la monarquía británica.

Para los británicos Isabel II ha sido símbolo del tesón, profesional como pocos y con una idea bien clara de neutralidad y de “quien no gobierna”.

Con su inseparable bolso en el brazo y sus trajes de colores, para que todo el mundo la pudiera ver, Isabel II se convirtió al final de su reinado en icono británico, testigo de la transformación del Reino Unido y ella misma historia viviente.

Un giro en su vida

Nacida el 21 de abril de 1926 en Londres, Isabel fue la hija mayor del rey Jorge VI y la reina Isabel, educada por tutores entre paredes palaciegas y sin que su llegada al mundo estuviera marcada para regir los destinos del Reino Unido.

Por entonces, Isabel era tercera en la línea de sucesión al trono, después de su tío, el rey Eduardo VIII, y su padre, pero su futuro dio un giro inesperado con 10 años de edad, al abdicar su tío para casarse con la divorciada estadounidense Wallis Simpson.

En diciembre de 1936, Isabel se convirtió en heredera al trono al asumir su padre, el príncipe Alberto, el reinado como Jorge VI.

Antes de estos cambios, que pusieron a prueba la supervivencia de la monarquía británica, Isabel había tenido una infancia feliz, jugaba con otras niñas de su edad en casa gracias a un grupo creado especialmente para ella, pues su paso por la escuela estaba descartado por aquella época.

Su familia la llamaba Lilibet y desde pequeña era amante de los perros y los caballos y estaba muy unida a su hermana, la princesa Margarita, cuatro años más joven que ella.

Tras convertirse en princesa heredera, Isabel recibió una educación más especializada, con énfasis en Historia, mientras su país entraba en la II Guerra Mundial.

De adolescente participó como subalterna honoraria del Servicio Territorial Auxiliar de Mujeres y tomó clases de conducir y de reparación de vehículos durante el conflicto bélico.