Un proyecto social denominado Biosferagt, operado por habitantes de una comunidad en Guatemala, permitió recuperar el año pasado 300 toneladas de residuos en el río Las Vacas, considerado el desagüe principal de la capital del país centroamericano, donde viven unos tres millones de personas.

“Este proyecto surge por la necesidad de limpiar las cuencas del río, porque la contaminación desemboca en las costas de Honduras y es un problema que ya trascendió fronteras”, declaró a EFE Mario Zea, director operativo de la organización no gubernamental Biosferagt.

Ahora en 2023, el proyecto social busca nuevos aliados e implementará dos nuevas ‘biobardas’ en el río Las Vacas, a unos 15 kilómetros de la Ciudad de Guatemala, con el objetivo de duplicar la cantidad de residuos recuperados. Actualmente hay una sola ‘biobarda’ instalada.

Zea describe el proyecto como “un sueño que nació hace ocho años” y que gracias a las alianzas con socios como la firma Coca-Cola fue posible comenzar la extracción de residuos en el río Las Vacas a partir del 2 de febrero del 2022.

Durante este segundo año de operaciones, el proyecto espera instalar, con el apoyo de la organización holandesa The Ocean Cleanup, las dos “biobardas” antes descritas, de 50 metros de ancho por 8 de alto cada una, y así poder contener al menos 600 toneladas de residuos de las más de 8.500 que desagües de residencias, fábricas y hospitales vierten sobre este río anualmente.

Los residuos son captados por Biosferagt y posteriormente son procesados por más de 25 trabajadores, que pertenecen a la comunidad de San Antonio Las Flores en el municipio de Chinautla, del departamento de Guatemala (centro).

Las toneladas de plástico que son captadas se venden a recicladoras y las que no superan los filtros son procesadas por los trabajadores, que las convierten en material de construcción que se pone a la venta, permitiendo ingresos para sostener el proyecto.

PARTICIPACIÓN COMUNITARIA

“Me siento feliz de trabajar aquí porque tengo para el sustento de mi familia”, contó a EFE Patricia Gamboa, de 52 años, una madre soltera que vive alrededor del río Las Vacas y que ha laborado para Biosferagt como clasificadora desde febrero del 2022.

Gamboa señaló que antes del proyecto trabajaba recolectando chatarra en las orillas del río y ganaba un promedio de 2,5 dólares al día, ingreso con el que tenía que ingeniárselas para alimentar a sus ocho hijos.

En San Antonio La Flores no existen muchas oportunidades laborales y la mayoría de comunitarios trabaja en agricultura o albañilería. Mientras tanto, algunas familias recolectan chatarra por su cuenta directamente del río, exponiéndose a contraer diversas enfermedades.

Zea, director de Biosferagt, explicó que el proyecto necesita de aportes económicos y de más socios que les permita seguir financiando la planilla de trabajadores e incluso poder capacitar a más personas locales y habilitar nuevas plazas.

En cuanto al tema de contaminación ambiental, la dirección de Biosferagt afirma que seguirán aportando su “grano de arena”, pero que es fundamental el involucramiento de más actores para colocar más ‘biobardas’ en el afluente del río.

Actualmente, aparte de la ‘biobarda’ ubicada en la desembocadura del río Las Vacas, solo existe una más y se encuentra en la comunidad de El Quetzalito en la frontera entre Guatemala y Honduras.

De acuerdo con la organización The Ocean Cleanup, el 2 por ciento de las emisiones de plástico que llegan a los océanos a nivel mundial proceden del río Motagua, por la gran contaminación que procede de Guatemala.

“Le pido a la población que junten sus residuos y que la clasifiquen, luego nosotros podemos procesarla”, concluyó Gamboa.