Restos óseos pertenecen a un tercer estudiante de los 43 desaparecidos en Ayotzinapa
La “la verdad histórica” ofrecida por el gobierno de Peña Nieto quedó descartada porque la actual fiscalía confirmó que el hallazgo de un hueso de uno de los estudiantes en el río fue “un montaje”.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 3 años.
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Ciudad de México. Un tercer estudiante de los 43 alumnos de la Normal Rural de Ayotzinapa desaparecidos hace más de seis años en el estado mexicano de Guerrero ha sido identificado a partir de restos óseos, informó el martes uno de los abogados de los padres.
El letrado Vidulfo Rosales indicó que los análisis realizados por la Universidad de Innsbruck, en Austria, demostraron que una vértebra hallada en esa región pertenecía a Jhosivani Guerrero de la Cruz, uno de los alumnos de magisterio desaparecidos en 2014.
En diciembre de ese año se identificó al primer estudiante, Alexander Mora, y en julio de 2020 al segundo, Christian Alfonso Rodríguez Telumbre, lo que dio un giro a la investigación aunque todavía se desconoce con claridad cuál fue el destino de los jóvenes.
El 26 de septiembre de 2014 policías de la ciudad de Iguala, en el sureño estado de Guerrero, capturaron a los estudiantes con la participación de otras corporaciones de seguridad y delincuentes. El gobierno de Enrique Peña Nieto (2012-2018) aseguró que los jóvenes fueron entregados al crimen organizado, que los asesinó, incineró los 43 cuerpos en un basurero de un municipio vecino -Cocula- y tiró los restos a un río cercano.
Sin embargo, esa versión, calificada entonces como “la verdad histórica”, quedó descartada entre otras cosas porque la actual fiscalía confirmó que el hallazgo de un hueso de Mora en el río fue “un montaje”. Además, en julio de 2020 el resto del segundo estudiante identificado fue localizado en un lugar distinto del basurero de Cocula, llamado “La Carnicería”.
Desde que Andrés Manuel López Obrador llegó al poder en diciembre de 2018 se creó una Comisión de la Verdad, se hicieron una treintena de nuevas búsquedas y se iniciaron procesos clave contra dos funcionarios: el jefe de la policía ministerial federal por tortura y una detective por falsificación de documentos.
Uno de los avances más simbólicos fue la orden de captura de los presuntos autores materiales e intelectuales de los hechos, entre ellos policías federales y militares, dos fuerzas que hasta entonces habían sido intocables.
Pero parte de esas personas siguen prófugas, al igual que Tomás Zerón, ex investigador jefe del caso durante la administración de Peña Nieto y quien es considerado el principal responsable del encubrimiento de las desapariciones.
La fiscalía mexicana ha emitido varias órdenes de aprehensión contra Zerón, a quien ubica en Israel.