Londres. El primer ministro británico, Boris Johnson, presentó el jueves su dimisión, afirmando que es “claramente la voluntad” de su Partido Conservador que debe partir. Su renuncia a la conducción del Partido Conservador fue inmediata, pero planea continuar en el puesto de jefe de gobierno mientras se elige a la nueva dirección partidaria. Dijo que ha designado un nuevo gabinete luego de una gran cantidad de renuncias, mientras muchos reclaman su partida inmediata del gobierno.

Se trató de una derrota humillante para Johnson, quien logró sacar a Gran Bretaña de la Unión Europea y a quien se atribuye el mérito de haber realizado una de las campañas de vacunación masiva contra el COVID-19 más eficaces del mundo.

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El escándalo ético más reciente en torno de su liderazgo hizo que medio centenar de legisladores abandonaran el gobierno y lo dejaran incapaz de gobernar. En la puerta de su residencia de 10 Downing Street, Johnson dijo que estaba “enormemente orgulloso de los logros de este gobierno”, desde el Brexit hasta guiar el país a través de la pandemia y liderar la respuesta de Occidente a la invasión rusa de Ucrania, pero reconoció que “en política, nadie es ni remotamente indispensable”.

Johnson había dicho la víspera en actitud desafiante ante el Parlamento que tenía un “mandato colosal” de los votantes y que su intención era seguir adelante con las tareas de gobierno.

Sin embargo, el jueves por la mañana tuvo que conceder la derrota tras la renuncia de dos miembros más del gabinete y la exhortación pública de uno de sus aliados más estrechos, el jefe del Tesoro, Nadhim Zahawi, a que dimitiera por el bien del país.

La elección interna de nuevo líder del Partido Conservador, que además será el próximo primer ministro, probablemente tendrá lugar durante los próximos meses.

Zahawi, designado días atrás cuando Johnson intentó reforzar su gabinete, dijo que él y un grupo de colegas habían expresado el miércoles sus inquietudes al primer ministro y que decidió hacerlo públicamente cuando Johnson desestimó el consejo de dimitir.

“Estoy desconsolado de que no haya escuchado y que ahora está socavando los logros increíbles de este gobierno”, afirmó Zahawi en una carta publicada en Twitter. “Pero el país merece un gobierno que no sólo sea estable, sino que actúe con entereza”.

Con las renuncias del jueves, 50 secretarios, ministros y funcionarios de menor jerarquía del gabinete abandonaron el gobierno en los últimos días y muchos de ellos fustigaron al primer ministro por su falta de integridad. El vacío en una veintena de puestos significó que varias comisiones parlamentarias no podían realizar su trabajo por falta de ministros que hablaran en nombre del gobierno.

Johnson, quien gobernó Gran Bretaña durante el Brexit y la pandemia de COVID-19, obtuvo una victoria electoral por amplio margen en 2019, pero el líder de pelo siempre enmarañado, conocido por responder a sus detractores con grandilocuencia y bravuconería, también recibía críticas frecuentes por estar dispuesto a torcer y a veces violar las reglas con tal de conseguir sus objetivos.

Johnson, de 58 años, se mantuvo en el poder durante casi tres años a pesar de las denuncias de mantener relaciones demasiado estrechas con los donantes del partido, proteger a sus seguidores denunciados por abusivos y corruptos y engañar al Parlamento acerca de las fiestas en las oficinas del gobierno que violaban las normas de la cuarentena por la pandemia.

Las revelaciones recientes de que Johnson estaba al tanto de las acusaciones de abuso sexual contra un legislador conservador cuando lo nombró a un alto cargo en el gobierno fueron el colmo.

La crisis comenzó cuando Chris Pincher renunció a su puesto directivo a cargo de mantener la disciplina en el partido, en medio de denuncias de que había manoseado a dos hombres en un club privado. Eso desencadenó una serie de reportes sobre acusaciones pasadas contra Pincher.

Johnson trató de responder a las críticas con explicaciones cambiantes acerca de qué sabía y cuándo lo supo, pero con ello se pusieron de relieve los temores de que no se pudiera confiar en el jefe de gobierno.

El secretario de Salud, Sajid Javid, y el jefe del Tesoro, Rishi Sunak, renunciaron con pocos minutos de diferencia el martes por la noche, lo que provocó una ola de dimisiones entre sus colegas del gabinete y funcionarios de menor jerarquía.

Javid expresó el sentir de muchos legisladores cuando dijo que las acciones de Johnson amenazaban con socavar la integridad del Partido Conservador y el gobierno británico. “En algún momento debemos aceptar la conclusión de que ya es suficiente”, dijo el miércoles en la Cámara de los Comunes. “Creo que ese momento es ahora”.