BRUSELAS — En medio del nerviosismo que cunde en Europa, efectivos militares fueron desplegados el sábado por todo Bélgica para vigilar posibles objetivos terroristas, mientras que la policía en Grecia detuvo a cuando menos dos sospechosos como parte de una amplia operación antiterrorista en todo el continente.

En Francia, uno de los terroristas responsables de los ataques de la semana pasada en París fue sepultado en secreto, al tiempo que las autoridades intentaban impedir la glorificación del terrorismo y contener la agitación civil en medio de una oleada de aversión popular contra el islam radical en toda Europa y protestas contra las caricaturas del profeta Mahoma en el mundo musulmán, situaciones que han puesto de relieve vastas diferencias culturales.

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Por primera vez en tres décadas, las autoridades utilizaron paracaidistas para reforzar a la policía en ciudades de Bélgica y vigilaron inmuebles dentro del sector judío de la ciudad portuaria de Amberes así como algunas embajadas.

La medida fue adoptada un día después de las redadas antiterroristas en las que fueron detenidos decenas de sospechosos en toda Europa occidental, a la par de un aumento de la intranquilidad en grandes franjas de la región.

Bélgica elevó a tres su nivel de alerta terrorista, el segundo más alto después de las redadas antiterroristas del jueves en las que murieron dos sospechosos. La policía cree que la célula que fue principalmente desmantelada se disponía a perpetrar un ataque de gran escala.

Las autoridades dijeron que aunque desmantelaron la presunta célula terrorista continúa la búsqueda de posibles implicados en el extranjero y por un momento creyeron que Grecia había logrado la detención de uno de los principales sospechosos restantes.

Un funcionario de la policía griega anunció horas antes que varios hombres fueron detenidos por separado en Atenas, a unos 2,500 kilómetros (1,500 millas) de distancia de Bruselas, y entre ellos figuraba un individuo que a primera vista coincidía con la descripción de un sospechoso importante de terrorismo en Bélgica.

El funcionario solicitó el anonimato para hacer declaraciones sobre el particular debido al carácter delicado de las investigaciones.

Después de que Bruselas hiciera una cuidadosa investigación sobre la identidad, el magistrado federal Eric Van Der Sypt dijo que los detenidos no coincidían con ninguna de las personas que buscaban y afirmó que "no están relacionados con el caso belga".

Debido a que algunos sospechosos continuaban prófugos, persistía una calma tensa en Bélgica, donde no abonaba necesariamente a la tranquilidad la presencia de los paracaidistas en las calles.

"Saben, la gente se asusta cuando ve a los soldados en las calles. Pudieran acarrear más problemas que soluciones", dijo el estudiante Greg Verhoeven en Amberes.

Francia intentó evitar la inquietud con la discreta inhumación de Said Kouachi, uno de los hombres armados que atacaron las oficinas del semanario satírico Charlie Hebdo.

Después de que inicialmente denegara un lugar para la inhumación de Kouachi, el alcalde de Reims, Arnaud Robinet, cambió de decisión.

Según Robinet, el gobierno insistió en que autorizara la inhumación del hermano mayor de los atacantes en Reims porque según las leyes francesas cualquier persona tiene derecho a que la sepulten en su localidad de residencia.

"Se le enterró anoche, de la forma más discreta y anónima posible", declaró Robinet.

Said y su hermano Cherif Kouachi murieron el 9 de enero a manos de la policía antiterrorista francesa después de que mataran a 12 personas en las oficinas de Charlie Hebdo. Cherif Kouachi será enterrado en Gennevilliers, el suburbio de París donde vivía, indicó la ciudad el viernes en un comunicado.

Un tercer agresor, Amedy Coulibaly, mató a cinco personas —incluyendo cuatro rehenes en un supermercado judío de París— antes de ser abatido por la policía, según las autoridades. No se conocen los planes para enterrarle.

Las autoridades francesas prohibieron asimismo cualquier manifestación contra el islam en París con el argumento de que podría incitar a la agitación civil.

"Somos un país, una persona, una Francia —sin distingos de religión, creencia o sensibilidad", dijo el sábado el presidente Francois Hollande en el centro sur de Francia.

"Una Francia ardiente contra aquellos que quieren inculcarnos una incomprensible guerra religiosa", apuntó.