Los rescatistas recuperaron el lunes más cadáveres después que las lluvias monzónicas provocaron inundaciones repentinas en la isla indonesia de Sumatra durante el fin de semana. Los torrentes de lodo volcánico mataron a por lo menos 44 personas y había otras 15 desaparecidas.

Los aguaceros, junto con un alud de lodo y material volcánico del monte Marapi, causaron que un río se desbordara. El diluvio arrasó poblados de montaña a lo largo de cuatro distritos de la provincia de Sumatra Occidental poco antes de la medianoche del sábado.

Las inundaciones arrastraron a personas y anegaron cientos de casas y edificios, lo que obligó a más de 3,100 residentes a huir a refugios temporales que instaló el gobierno en los distritos de Agam y Tanah Datar, indicó Abdul Muhari, vocero de la Agencia Nacional de Manejo de Desastres.

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El lodo volcánico, o lahar, es una mezcla de material volcánico y guijarros que la lluvia arrastra por las laderas de un volcán.

Los rescatistas recuperaron el lunes más cadáveres, lo que elevó la cifra de muertos confirmados a 44, dijo Muhari en una conferencia de prensa. Al menos 19 personas resultaron heridas en las inundaciones repentinas, y los rescatistas buscaban a 15 residentes reportados como desaparecidos, agregó.

Imágenes de televisión mostraban a familiares llorando al tiempo que veían a los rescatistas sacar un cadáver cubierto de barro en una aldea devastada. Lo colocaron en una bolsa naranja y negra y lo llevaron para enterrarlo.

Las autoridades tuvieron problemas para trasladar tractores y demás maquinaria pesada a la zona a través de caminos arrasados luego que las inundaciones repentinas arrojaron barro y rocas en los poblados de montaña, detalló Abdul Malik, quien dirige la oficina de búsqueda y rescate en Padang, la capital provincial.

Cientos de policías, soldados y residentes cavaron entre los escombros con las manos, palas y azadones mientras la lluvia, los caminos dañados, el espeso barro y los escombros dificultaban las tareas.

“El área devastada es tan extensa y complicada que necesitamos urgentemente más excavadoras y bombas de lodo”, subrayó Malik.

Imágenes publicadas por la Agencia Nacional de Búsqueda y Rescate mostraban carreteras transformadas en ríos turbios y poblados cubiertos de lodo denso, rocas y árboles arrancados.

Muhari señaló que la noche del lunes se suspendió la operación de búsqueda y rescate debido a la falta de luz y las fuertes lluvias que crearon condiciones peligrosas en las zonas afectadas en las cuencas de los ríos. Las operaciones se reanudarán a primera hora del martes.

Las fuertes lluvias suelen provocar deslizamientos de tierra e inundaciones repentinas en Indonesia, una nación con más de 17.000 islas donde millones de personas viven en zonas montañosas o cerca de llanuras de aluvión.

El desastre se produjo apenas dos meses después que al menos 26 personas murieron y otras 11 desaparecieron en otro episodio de inundaciones repentinas y un deslave en Sumatra Occidental provocado por aguaceros.

Una erupción inesperada del monte Marapi mató a 23 escaladores a finales del año pasado. Las erupciones repentinas del volcán son difíciles de predecir debido a que el punto de origen del magma es poco profundo y está cerca de la cumbre, según el Centro Indonesio de Vulcanología y Alivio de Desastres Geológicos.

El Marapi ha estado activo desde una erupción en enero de 2024 que no causó víctimas. Es uno de los más de 120 volcanes activos en Indonesia, un país propenso a la actividad sísmica debido a su ubicación en el Cinturón de Fuego del Pacífico, un arco de volcanes y fallas que rodean la cuenca del Pacífico.