Francia Elena Márquez Mina fue elegida como nueva vicepresidenta de Colombia para el periodo 2022 - 2026 este domingo, con más del 50 por ciento de las votaciones en la segunda vuelta presidencial. La mujer es la fórmula que escogió Gustavo Petro Urrego, del Pacto Histórico, quien será el primer presidente de izquierda del país.

Su elección es histórica porque se convirtió en la primera mujer afro en llegar a la Vicepresidencia del país. Además, es la segunda vez consecutiva en que una mujer asumirá el cargo.

Francia nació en Suárez, Cauca. Es lideresa social, abogada de la Universidad Santiago de Cali y cursa una especialización en escrituras creativas de la Universidad ICESI. Es reconocida por ser activista y ganar el premio Goldman —considerado como el ‘Nobel de medioambiente— en 2018 por su lucha contra la minería ilegal en el suroccidente del país, que comenzó desde que estuvo en el Consejo Comunitario del corregimiento La Toma de su municipio natal.

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Sin embargo, su defensa por el territorio y las comunidades de esa región la han llevado a enfrentar un camino con amenazas de grupos armados ilegales. En ese año sufrió un atentado en Santander de Quilichao, Cauca, durante una reunión con la Asociación de Consejos Comunitarios del Norte del Cauca.

En 2019, el medio británico BBC ingresó a Francia Márquez en el listado del top 100 de mujeres más influyentes del mundo. “Quiero ser presidenta de este país”, escribió para ese momento en su cuenta de Twitter. En 2020, fue presidenta del Consejo Nacional de Paz y Convivencia, cuando se dedicó a defender el cumplimiento de los Acuerdos de Paz.

Dentro de sus reconocimientos también están el Premio Nacional a la defensa de los Derechos Humanos, en 2015.

En 2021, fue precandidata presidencial por el Pacto Histórico y participó en las consultas del 13 de marzo. Obtuvo la mayor votación de la coalición con 783.160. El 23 de marzo, Gustavo Petro anunció que sería su fórmula vicepresidencial.

Sus iniciativas

Francia Márquez ha sido reconocida por convertirse en la voz en defensa de las comunidades, el medioambiente y los territorios ancestrales del Pacífico colombiano. “Soy parte de un proceso, de una historia de lucha y resistencia que empezó con mis ancestros traídos en condición de esclavitud. Soy parte de la lucha contra el racismo estructural. Soy parte de los luchan por seguir pariendo la libertad y justicia”, ha dicho en repetidas ocasiones.

Su lucha por la protección de la “casa grande”, como ella nombra a los territorios comenzó cuando tenía 15 años. A finales de los años 90, Márquez participó en procesos de su comunidad por los efectos de un megaproyecto de desviación del río Ovejas a la represa Salvajina.

En ese orden de ideas, para su precandidatura presidencial de este año, se lanzó con el movimiento ‘Soy porque somos’, que también se convirtió en su eslogan político. Surge de una traducción de la palabra ubuntu, una filosofía de tribus sudafricanas que significa “yo soy porque nosotros somos”.

Durante la carrera presidencial, irrumpió en la agenda pública con un discurso enfocado en las comunidades y las regiones históricamente excluidas, el feminismo en la política, la dignidad, la justicia y los derechos, y logró poner sobre los debates temas como el racismo, clasismo y machismo.