¿Qué son las bombas termobáricas que Rusia ha estado usando en Ucrania?
Embajadora ucraniana en Washington denunció que, con ellos, se demuestra la devastación que busca Moscú.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 2 años.
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El lunes, la embajadora ucraniana en Washington, Oksana Markarova, denunció que Rusia ha lanzado bombas termobáricas en Ucrania, lo que demuestra la “devastación” que busca Moscú. También conocidas como bombas de vacío, estas provocan explosiones de alta temperatura.
Este tipo de armas están prohibidas por la convención de Ginebra desde el 10 de octubre de 1980, por lo que su empleo subraya que el daño que busca hacer Rusia en Ucrania es considerable. La razón es que son excesivamente nocivas.
Este tipo de armas consume el oxígeno del lugar en el que explotan, produciendo graves consecuencias en la población.
Las bombas termobáricas generan una nube de combustible que se mezcla con oxígeno. Al detonarse, la combustión consume el oxígeno, creando una explosión de alta temperatura y provocando muerte por falta de aire.
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También conocidos como FAE o FAX, su origen viene de las “explosiones debidas a escapes en las instalaciones de gas, depósitos de gasolina, etc, que al unirse al oxígeno atmosférico dan lugar a mezclas explosivas que cualquier chispa, por golpe, electricidad estática o calentamiento por roce, pueden hacer detonar o deflagrar”, según detalló Alfonso Lapuente Givaja, General de Brigada de Artillería española en el artículo ‘Municiones termobáricas’ en la Revista ‘Ejército de Tierra Español’.
Lapuente asegura las bombas termobáricas tienen tres efectos: los mecánicos, los térmicos y los orgánicos.
Los mecánicos son la destrucción de edificios, cuevas y vehículos, sometidos a la onda explosiva. Los térmicos se traducen en incendios y los orgánicos son los “escalofriantes” daños que producen a los seres vivos.
En el caso de los efectos orgánicos las personas dentro de la nube de aerosol mueren por temperatura o sobrepresión, los situados en su periferia sufren asfixia, quemaduras, fracturas de huesos y heridas. Cabe recalcar que la sobrepresión puede provocar embolias, hemorragias internas, roturas del hígado y bazo, colapso pulmonar, ceguera, sordera, peritonitis, etc”.