Primer ministro británico rechaza llamados a que renuncie
Esto porque atendió a una serie de fiestas que violaron las normas de la cuarentena en el 2020.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 2 años.
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El primer ministro británico Boris Johnson rechazó este miércoles los llamados a que renuncie en un fogoso discurso en el Parlamento, que- sin embargo- no bastaría para impedir que los legisladores de su propio Partido Conservador traten de derrocarlo debido a una serie de fiestas en el gobierno que violaron las normas de la cuarentena para evitar la propagación del coronavirus.
Aumentaron las presiones sobre el jefe de gobierno cuando un legislador conservador se pasó al opositor Partido Laborista y un exmiembro de su gabinete lo exhortó, “en el nombre de Dios, ¡vete!”.
David Davis, exministro del Brexit, hizo la exhortación durante una sesión de preguntas al primer ministro en la Cámara de los Comunes, donde Johnson defendió la trayectoria de su gobierno en materia económica, de lucha contra el crimen y el combate contra la pandemia. Trató de evadir las preguntas sobre el escándalo “fiestagate” que amenaza con poner fin a su carrera.
Johnson asistió a una fiesta con bebidas alcohólicas en el jardín de la residencia oficial de Downing Street en mayo de 2020, cuando estaban prohibidas las reuniones fuera de las casas para contener la trasmisión del COVID-19.
“Nosotros cumplimos mientras que ellos andaban confundidos”, dijo acerca de los políticos opositores. Estos a su vez le dijeron que muchos británicos lo consideran un charlatán, un hipócrita, un mentiroso y “estúpido”.
El legislador conservador Christian Wakeford, que se pasó al laborismo, dijo a Johnson, “tanto usted como el Partido Conservador en su conjunto se han demostrado incapaces de brindarle a este país el liderazgo y gobierno que merece”.
La actitud desafiante de Johnson recibió algunos aplausos discretos de parte de la bancada conservadora.
Los conservadores estudian la posibilidad de pedir un voto de retiro de confianza a Johnson en medio de la furia general provocada por el “fiestagate”. Es un impresionante cambio de suerte para el político que hace apenas dos años llevó a los conservadores a su mayor victoria electoral en cuatro décadas.
Bajo las normas del Partido Conservador, se puede solicitar el voto de retiro de confianza en el líder del partido si 54 legisladores envían cartas a un funcionario del partido para exigirlo.
Hasta ahora, apenas un puñado de legisladores conservadores han reclamado abiertamente la renuncia, pero se cree que varias decenas han enviado las cartas, incluso algunos elegidos en el torrente liderado por Johnson en diciembre de 2019.
Si una mayoría de los 359 legisladores del partido votaran por retirarle la confianza a Johnson, se realizaría una contienda para reemplazarlo como líder conservador, y el ganador pasaría a ser primer ministro.