Presidente salvadoreño dice que recorte de cooperación de Estados Unidos es “beneficioso”
El Departamento de Estado de EE.UU. ha congelado por noventa días casi todos los fondos para los programas de ayudas en el exterior.
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El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, afirmó este domingo que el recorte de la cooperación de Estados Unidos para financiar la “disidencia” es “beneficioso” para ese país y el mundo.
Según el mandatario, “la mayoría de los Gobiernos no quieren que los fondos de Usaid (Agencia Estadounidense para el Desarrollo Internacional) fluyan hacia sus países porque saben adónde va a parar gran parte de ese dinero”.
“Aunque se comercializan como apoyo al desarrollo, la democracia y los derechos humanos, la mayoría de estos fondos se canalizan hacia grupos de la oposición, ONG con agendas políticas y movimientos desestabilizadores”, apuntó Bukele en un mensaje en inglés en X.
A su juicio, “en el mejor de los casos, tal vez el 10 % del dinero llega a proyectos reales que ayudan a las personas necesitadas (hay casos de este tipo), pero el resto se utiliza para alimentar la disidencia, financiar protestas y socavar las administraciones que se niegan a alinearse con la agenda globalista”.
“Recortar esta supuesta ayuda no sólo es beneficioso para Estados Unidos; también es una gran victoria para el resto del mundo”, subrayó.
El Departamento de Estado de EE.UU. ha congelado por noventa días casi todos los fondos para los programas de ayudas en el exterior, con efecto inmediato y como resultado de una orden ejecutiva firmada por el presidente Donald Trump.
Según informaron la semana pasada medios estadounidenses, como CNN, el secretario de Estado, Marco Rubio, ha enviado un memo a todas las embajadas y oficinas diplomáticas estadounidenses en el mundo, en el que se ordena la paralización de la entrega de fondos y se ponga en pausa el otorgamiento de nuevas ayudas.
La medida pone en riesgo a los programas que dependen de los millones de dólares que otorga el Departamento de Estado y la Agencia Estadounidense para el Desarrollo Internacional (Usaid), si bien hace una excepción para la asistencia alimentaria de emergencia, así como para la financiación militar a favor de Israel y Egipto.
El pasado martes se aprobó sin embargo una segunda exención más amplia para facilitar que sigan operando algunos programas de distribución de alimentos, medicinas y refugio, una medida que, aunque un alivio para ciertas ayudas humanitarias, sigue siendo insuficiente.