La Habana. El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, cuestionó este viernes la preocupación del mandatario de EE.UU., Joe Biden, sobre la crisis en la isla tras las protestas antigubernamentales del domingo y sostuvo que Washington “ha fracasado en el empeño de destruir a Cuba”.

Si Biden “tuviera sincera preocupación humanitaria por el pueblo cubano, podría eliminar las 243 medidas aplicadas por el presidente Donald Trump, incluidas las más de 50 impuestas cruelmente durante la pandemia, como primer paso para el cese del bloqueo”, escribió Díaz-Canel en Twitter.

“EE.UU. ha fracasado en el empeño de destruir a Cuba a pesar de que, para conseguirlo, ha malgastado miles de millones de dólares”, aseveró.

El gobernante cubano se refirió a las restricciones impuestas por Trump que incluyeron limitaciones a los viajes de estadounidenses a la isla, al envío de remesas y sanciones a empresas extranjeras con negocios en el país.

El actual ocupante de la Casa Blanca descartó la víspera la posibilidad de restablecer a corto plazo el envío de remesas a Cuba, restringida desde noviembre pasado por su predecesor Trump.

En una rueda de prensa en Washington junto a la canciller alemana, Angela Merkel, de visita en la nación norteña, Biden evaluó también la intención de donar vacunas a Cuba ante la crisis sanitaria, uno de los detonantes de las manifestaciones del domingo.

Añadió que su Gobierno estudia si tiene “la capacidad tecnológica de restaurar” el acceso a internet móvil en Cuba, cortado desde hace cinco días.

Biden agregó que Cuba es un “Estado fallido” que “reprime a sus ciudadanos”.

Sobre esto, Díaz-Canel replicó hoy que “un Estado fallido es aquel que para complacer a una minoría reaccionaria y chantajista es capaz de multiplicar el daño a 11 millones de seres humanos ignorando la voluntad de la mayoría de los cubanos, estadounidenses y la comunidad internacional”.

Miles de cubanos tomaron las calles el domingo para protestar contra el Gobierno al grito de “¡libertad!” en una jornada inédita que se saldó con decenas de detenidos y enfrentamientos después de que Díaz-Canel conminara a sus partidarios a salir a enfrentar a los manifestantes.

Las protestas, las más fuertes que han ocurrido en Cuba desde el llamado “maleconazo” de agosto de 1994, se produjeron con el país sumido en una grave crisis económica y sanitaria, con la pandemia fuera de control y una fuerte escasez de alimentos, medicinas y otros productos básicos, además de largos cortes de electricidad.

Las autoridades cubanas aún no han ofrecido datos oficiales sobre los detenidos y desaparecidos, mientras organizaciones internacionales, activistas y listados que circulan por las redes sociales los cifran en centenares.

Frente a los llamados de la comunidad internacional a que se libere a los detenidos, el gobernante cubano afirmó esta semana que los arrestados tendrían “garantías procesales” y “recibirán la aplicación de las leyes en su justa medida, sin abusos”.