¿Por qué la tasa de vacunación contra el COVID-19 sigue siendo baja en algunos países?

La escasez de suministros sigue siendo un problema, pero los expertos dicen que ahora hay otros problemas como la imprevisibilidad de las entregas, la fragilidad de los sistemas de atención médica y las dudas sobre las vacunas.

La mayoría de los países con tasas de vacunación bajas está en África. Hasta finales de febrero, en 13 naciones africanas apenas el 5% de sus poblaciones tenían la pauta completa, según Phionah Atuhebwe, funcionaria de la oficina regional de la Organización Mundial de la Salud.

Entre los países con índices de vacunación extremadamente bajos están Yemen, Siria, Haití y Papúa Nueva Guinea.

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Durante la mayor parte del año pasado, los países en desarrollo se vieron afectados por la escasez de suministros. Las naciones ricas acapararon las dosis disponibles y muchas otras no tenían instalaciones para fabricar sus propias fórmulas contra el coronavirus. El programa COVAX, una iniciativa para distribuirlas de forma igualitaria en todo el mundo, tuvo problemas para cumplir su objetivo.

Muchos países ricos habían planeado donar dosis una vez su población estuviese vacunada, pero la aparición de las variantes delta y ómicron impulsó la administración de dosis de refuerzo, lo que retrasó aún más esos planes. Por otra parte, los fabricantes de vacunas se han negado en gran medida a compartir sus fórmulas o su tecnología, restringiendo aún más la producción.

Además, han surgido otros contratiempos.

“El principal problema entre los países con una tasa de vacunación baja es la escasa infraestructura para distribuir las vacunas”, señaló Dina Borzekowski, directora de la Iniciativa de Salud Global de la Universidad de Maryland. “Lo que falta son buenas prácticas para hacer llegar la vacuna a poblaciones que normalmente viven sin sistemas de saneamiento gestionados o sin suministro eléctrico fiable”.

Otras veces, las vacunas donadas se entregan cerca de su fecha de caducidad, lo que da a las autoridades poco tiempo para distribuirlas, apuntó Sinhye Ha, de Médicos Sin Fronteras.

Algunos países carecen de materiales básico, como jeringas, o de medios para mantener el fármaco a la temperatura adecuada.

Las dudas en torno a las vacunas, alimentadas por la desinformación y la desconfianza hacia los gobiernos, ha contribuido también a su baja aceptación en algunas naciones, dijo Atuhebwe.