Pensaban que estaba embarazada pero le descubrieron un tumor que tenía pelos y dientes
A pesar que no era canceroso, provocó la ruptura del apéndice de Ruby-Mae.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 6 meses.
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Sarah Davis, de 42 años, se apresuró a llevar a su hija Ruby-Mae, de 12 años, al Hospital Centro Médico de Cabarete en la República Dominicana, cuando la pequeña empezó a experimentar un dolor abdominal severo.
La familia, que se había trasladado desde el Reino Unido, temía que Ruby-Mae pudiera estar embarazada, ya que los médicos notaron un notable aumento en el tamaño de su vientre.
Un descubrimiento sorprendente
Sin embargo, después de varias pruebas exhaustivas, los médicos determinaron que Ruby-Mae no estaba embarazada, sino que padecía un tipo raro de tumor de células germinales, conocido como teratoma. Este tipo de tumor es capaz de generar tejidos como cabello, cartílagos, dientes, músculos, grasa y huesos. Aunque en la mayoría de los casos estos tumores son benignos, el de Ruby-Mae había alcanzado un peso aproximado de 3.5 kilos.
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Estos tumores suelen ser detectados al nacer y generalmente no presentan síntomas, lo que hace que pasen desapercibidos. En el caso de Ruby-Mae, el teratoma había estado creciendo silenciosamente durante años. Los médicos sugirieron que este tumor podría haberse empezado a desarrollar mientras ella aún estaba en el útero de su madre.
Una operación urgente
A pesar de que el tumor no era canceroso, su tamaño considerable provocó la ruptura del apéndice de Ruby-Mae, una condición que podría haber sido fatal si no se trataba de inmediato.
La joven fue llevada de urgencia a cirugía, donde los cirujanos realizaron una incisión vertical que iba desde el área por encima de su ombligo hasta el estómago. Durante la operación, los médicos extirparon tanto el apéndice como el tumor.
“Fue muy aterrador, pero ella fue valiente. Pensábamos que estaría en el hospital durante semanas, pero se recuperó muy rápidamente. Se despertó caminando 12 horas más tarde y logró regresar a casa al cabo de unos días”, relató Sarah, su madre.
Actualmente, Ruby-Mae tiene 16 años y ha logrado recuperarse completamente de la cirugía sin necesidad de tratamientos adicionales. La experiencia fue un recordatorio de la importancia de la atención médica oportuna y precisa, y la familia Davis agradece cada día la fortaleza y el espíritu indomable de Ruby-Mae.