Lo que comenzó como una aventura, rápidamente se convirtió en una tragedia. El sueño de conocer los restos del Titanic de sus tripulantes acabó con su vida cuando el submarino Titán de la empresa OceanGate sufrió una desestabilización fatal en las aguas del Atlántico Norte.

Los expertos se han pronunciado frente al hecho y han dado pistas de lo que pudieron vivir las cinco personas que hacían parte de la expedición. Conozca cómo se determinó, según los cálculos, que los pasajeros supieron por menos de un minuto que su viaje había terminado.

Desde su desaparición, este submarino no ha dejado de ser noticia y es por eso que el ingeniero y experto en submarinos, José Luis Martín, se dio a la tarea de revelar las condiciones de las cinco personas antes de implosionar.

Martín, le explicó al diario NIUS, que los pasajeros experimentaron una caída libre, ya que el sumergible descendió en posición vertical “como si fuera una piedra y sin ningún control”, durante unos 900 metros. En este trayecto debieron agolparse unos encima de otros.

Martín reveló que el sumergible estuvo entre 48 segundos y un minuto y 11 segundos desde que perdió la estabilidad hasta que implosionó. Su informe se basa en factores como el peso del sumergible, el empuje, la masa, la aceleración y la velocidad de caída de un cuerpo libre, así como el coeficiente de fricción del agua.

De acuerdo con su hipótesis, a aproximadamente 1,700 metros de profundidad el Titán perdería su propulsión por un fallo eléctrico, generando inestabilidad por el peso de los pasajeros en la parte delantera del submarino.

Durante estos momentos de angustia, el piloto no pudo accionar la palanca de emergencia y perdió el control. Ante la caída repentina y al aumento brusco de presión, el compartimiento de los pasajeros se comprimió y terminó con su vida.

Según el informe presentado al diario, el submarino experimentó una contracción instantánea de su casco resistente debido al cambio repentino de presión, lo que ocasionó una disminución del volumen.

A medida que el Titan continuaba su caída, se volvía cada vez más pesado debido a la disminución del empuje. Martín estima que fueron entre 48 y 71 segundos en los que cayeron sin control.

”Ese tiempo tuvo que ser durísimo para todos porque estaban cayendo sin control y siendo conscientes de que su final se acercaba”, relató el experto.

La implosión fue repentina, comparable a la sensación de pinchar un globo, y resultó en la muerte instantánea de los cinco tripulantes.