Partido de presidente electo de Brasil dice que “no es normal” que la ultraderecha insista en un golpe
Las negociaciones para la transición comenzaron la semana pasada, después de tres jornadas de protestas de activistas de ultraderecha que apoyan a Bolsonaro.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 2 años.
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La diputada Gleisi Hoffmann, presidenta del Partido de los Trabajadores (PT), consideró este martes que “no es normal” que persistan en Brasil focos de protestas bolsonaristas que piden un “golpe militar” contra la elección de Luiz Inácio Lula da Silva.
“No es normal que haya gente en la puerta de los cuarteles” y que “se pida una intervención militar” para impedir la investidura de Lula, el próximo 1 de enero, tras haber derrotado en las urnas al mandatario Jair Bolsonaro el pasado 30 de octubre, declaró Hoffmann a periodistas.
La presidenta del PT se refirió a pequeños grupos de ultraderecha que apoyan a Bolsonaro y que este martes permanecían acampados a las puertas de algunos cuarteles del Ejército, como ocurre en Brasilia.
Según Hoffmann, esos grupos “tienen derecho a hacer oposición” una vez que Lula asuma la Presidencia, pero “no tienen derecho a pedir un golpe”, pues “hubo unas elecciones y hay unos resultados” que le dieron la victoria al líder progresista.
La presidenta del PT consideró además que, en caso de que esas manifestaciones persistan, “las instituciones deberán actuar de una manera firme y dar una respuesta política” a esas protestas.
Hoffmann integra el equipo de Lula que ya ha comenzado el proceso de transición con el Gobierno de Bolsonaro, del cual es responsable el ministro de la Presidencia, Ciro Nogueira, que, según la dirigente del PT, está prestando toda la colaboración necesaria.
Las negociaciones para la transición comenzaron la semana pasada, después de tres jornadas de protestas de activistas de ultraderecha que apoyan a Bolsonaro, que incluyeron bloqueos de carreteras por parte de camioneros y multitudinarias manifestaciones a las puertas de los cuarteles.
En ambos casos, los manifestantes reclamaron una “intervención militar” que impida que “el comunismo” asuma el poder en Brasil, en una clara incitación a un golpe ignorada por las Fuerzas Armadas.
Si bien la intensidad de las protestas cayó significativamente, algunos pequeños grupos aún insisten en manifestarse frente a los cuarteles.