Roma. El papa Francisco, hospitalizado en estado crítico debido a una neumonía bilateral, se encontró lo suficientemente bien como para reunirse con el secretario de Estado del Vaticano y su adjunto para aprobar nuevos decretos de santidad y convocar una reunión formal para fijar las fechas de las canonizaciones, informó el Vaticano el martes.

La audiencia, que se celebró en la víspera, indica que la maquinaria de la Santa Sede sigue funcionando y mirando hacia el futuro, aunque el pontífice esté hospitalizado y los médicos adviertan que su pronóstico es reservado.

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El boletín publicado el martes al mediodía por el Vaticano anunció que el papa aprobó decretos para la beatificación de cinco personas y para la canonización de otras dos. Además, indicó que durante la audiencia con el cardenal Pietro Parolin y su adjunto, el arzobispo Edgar Peña Parra, Francisco había “decidido convocar un consistorio sobre las futuras canonizaciones”.

Estas reuniones y decisiones son habituales cuando está en el Vaticano. El papa suele aprobar regularmente decretos de la oficina de canonización. Pero la visión de futuro del consistorio era significativa dada su enfermedad.

En su habitual parte matinal, que suele ser breve, el Vaticano dijo que “El papa durmió bien, toda la noche”.

El lunes por la noche, los médicos informaron que seguía en estado crítico debido a una neumonía doble, pero reportaron una “ligera mejoría” en algunos resultados de laboratorio. En el boletín más optimista en días, indicaron que había retomado su trabajo desde su habitación en el hospital y llamó a una parroquia en la Ciudad de Gaza con la que ha mantenido contacto desde que comenzó la guerra allí.

Al caer la noche, miles de fieles se reunieron en una Plaza de San Pedro empapada por la lluvia para el primer rezo nocturno del rosario. La oración recordó las vigilias de 2005, cuando San Juan Pablo II agonizaba en el Palacio Apostólico, pero muchos de los asistentes afirmaron que rezaban por la recuperación del pontífice argentino.

“Vinimos a rezar por el papa, para que se recupere pronto, por la gran misión que comparte con su mensaje de paz”, dijo Hatzumi Villanueva, de Perú, quien alabó la empatía de Francisco hacia los migrantes.

De pie en el mismo escenario que suele ocupar Francisco, de 88 años, Parolin afirmó que desde la hospitalización del papa, el coro de oraciones por su recuperación se ha extendido por todo el mundo.

“A partir de esta noche, queremos unirnos públicamente a esta oración aquí, en su casa”, señaló Parolin, rezando para que Francisco “en este momento de enfermedad y prueba” se recupere rápidamente.

La vigilia continuará el martes por la noche y estará presidida por otro alto cargo del Vaticano, el cardenal filipino Antonio Tagle, que dirige la oficina de la Iglesia en el mundo en desarrollo.

El papa, a quien le extirparon parte de un pulmón cuando era joven, lleva hospitalizado desde el 14 de febrero y los médicos han señalado que su estado es delicado debido a su edad, su fragilidad y a la enfermedad pulmonar preexistente.

En el parte del lunes, los doctores dijeron que no había sufrido más crisis respiratorias desde el sábado, y que el flujo y la concentración de oxígeno suplementario se han reducido ligeramente. La ligera insuficiencia renal detectada el domingo no era motivo de alarma por el momento, añadieron, aunque afirmaron que su pronóstico seguía siendo reservado.

Los críticos conservadores de Francisco han estado difundiendo rumores alarmantes sobre su estado, pero sus aliados lo han animado y se han mostrado esperanzados con su recuperación. Muchos señalaron que, desde la misma noche de su elección como papa, el argentino había pedido las oraciones de los fieles de a pie, una solicitud que repite a diario.

“Soy testigo de todo lo que hizo por la Iglesia, con un gran amor por Jesús”, apuntó el cardenal hondureño Oscar Rodríguez Maradiaga al diario La Repubblica. “Humanamente hablando, no creo que sea el momento de que se vaya al Paraíso”.

Maradiaga, miembro fundador del círculo íntimo de cardenales asesores de Francisco, dijo que él mismo había estado cerca de la muerte debido al COVID-19, con altos flujos de oxígeno como Francisco. “Sé que el papa puede estar sufriendo y, como tal, me siento más cerca de él en la oración”.

En el Gemelli, a pesar de la mañana lluviosa, romanos y visitantes rezaban por el pontífice y reflexionaban sobre las enseñanzas que ha impartido durante casi 12 años.

Hoang Phuc Nguyen, que vive en Canadá pero estaba de visita en Roma para participar en una peregrinación con motivo del Año Santo, acudió al centro médico para rezar una oración especial por el papa ante la estatua de San Juan Pablo II que está en la entrada principal del complejo.

“Hemos oído que está en el hospital y estamos muy preocupados por su salud”, afirmó Nguyen. ”Él es nuestro padre y es nuestra responsabilidad rezar por él”.