Puerto Príncipe. Pandilleros atacaron otra localidad en la región central de Haití, matando al menos a cuatro personas, incluyendo a un niño de 11 años, informó un activista de derechos humanos a The Associated Press el lunes.

Al menos otras 15 personas resultaron heridas por disparos, y más de una docena de casas fueron incendiadas en Petite Rivière, dijo Bertide Horace, portavoz de la Comisión para el Diálogo, la Reconciliación y la Conciencia para Salvar el Artibonito.

El ataque comenzó el jueves, pero la policía seguía combatiendo a los miembros de la pandilla el lunes, indicó en una entrevista telefónica.

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Horace compartió videos espeluznantes que mostraban a personas siendo atendidos por heridas graves en un hospital local.

Antes de poder proporcionar más detalles, Horace advirtió que la localidad atacada se quedó sin electricidad. Luego, la llamada se cortó.

Un vocoero de la Policía Nacional de Haití no respondió a una solicitud de comentarios.

Petite Rivière es la última comunidad en la otrora pacífica región de Artibonito que las pandillas han atacado.

A finales de marzo, pandilleros atacaron la ciudad de Mirebalais y asaltaron una prisión local, liberando a más de 500 reclusos. También atacaron la cercana localidad de Saut d’Eau, considerada un lugar sagrado que atrae a miles de haitianos anualmente para una peregrinación Vodú-Católica.

Aunque las pandillas controlan al menos el 85% de Puerto Príncipe, la capital de Haití, han lanzado ataques en la región central del país en los últimos años.

El lunes, Chrisla, el poderoso líder de la pandilla Ti Bois, anunció un confinamiento de tres días en el barrio de Carrefour en Puerto Príncipe, que ha estado desprovisto de presencia gubernamental desde que las bandas tomaron el control en los últimos años.

Ordenó la suspensión del servicio de transporte público y el cierre de negocios, señalando que sólo los hospitales y los bomberos estaban autorizados a operar.

Chrisla también manifestó que quería un nuevo Haití “para que todos podamos sentarnos en la misma mesa para reconciliar esta nación”.

Las autoridades de Haití han dicho repetidamente que no negociarán con las pandillas ni las incluirán en ninguna discusión destinada a ayudar a estabilizar el problemático país.

Una misión respaldada por la ONU y liderada por la policía de Kenia que comenzó el año pasado para ayudar a la policía haitiana a sofocar la violencia ha tenido dificultades en su lucha contra las pandillas.

Más de 5,600 personas fueron asesinadas en todo Haití el año pasado, y la violencia de las pandillas han dejado a más de un millón de personas sin hogar.