Saná. El enviado especial de la ONU para el Yemen, Hans Grundberg, condenó hoy el ataque del sábado contra un barrio residencial de la ciudad de Taiz, en el suroeste del país, que causó la muerte de un menor y heridas a otros, a falta de unos días para que expire la tregua entre los rebeldes hutíes y el Gobierno internacionalmente reconocido.

El representante de la ONU condenó en un comunicado el ataque que azotó el barrio residencial Zein al Moshki de Taiz, que hirió a once niños y niñas “en su mayoría menores de diez años”, uno de los cuales murió a causa de la gravedad de sus heridas.

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“Estoy especialmente alarmado de que este ataque, entre otros ataques en otras partes de Yemen, haya tenido lugar durante la tregua”, señaló Grundberg, en referencia al cese de hostilidades que expirará a principios de agosto sin muchas expectativas de que sea renovado.

Asimismo, se comprometió a seguir negociando con los hutíes y el Gobierno yemení para “renovar y ampliar la tregua” y para “garantizar que los yemeníes en todo el país tengan protección, una mayor libertad de movimiento y la esperanza que se debe brindar”.

Las partes beligerantes se han acusado mutuamente de ser responsables del ataque.

El Consejo de Liderazgo Presidencial condenó el “crimen atroz” y acusó a los insurgentes que esta nueva acción “se suma a su registro oscuro de violaciones en los últimos años”, según un comunicado.

Asimismo, hizo un llamamiento a la comunidad internacional para que “ponga fin al estado de impunidad que alienta a las milicias a cometer más asesinatos”.

Los hutíes, en otra nota, acusaron a las tropas gubernamentales de ataque y denunciaron que se produjo “durante el armisticio auspiciado por la ONU”.

La primera tregua integral entre las partes beligerantes entró en vigor el pasado 2 de abril y en junio fue extendida por dos meses más, pero desde entonces las negociaciones se han enquistado debido al desacuerdo de ambas partes en una serie de puntos.

El principal obstáculo es el bloqueo por parte de los hutíes de varias provincias en manos del Gobierno legítimo, particularmente Taiz, cuya capital homónima, controlada por fuerzas leales al Gobierno, está bajo el asedio de los rebeldes desde 2015 y constituye desde entonces uno de los puntos calientes de la guerra.