Beijing. Dos expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) pasarán los próximos dos días en la capital de China para sentar las bases de una misión más grande para investigar los orígenes de la pandemia de COVID-19.

Durante su visita a Beijing el sábado y domingo, un experto en salud animal y un epidemiólogo trabajarán para fijar “el alcance y los términos de referencia” para la futura misión, cuyo objetivo es el de aprender cómo fue que el virus se transmitió de los animales a los humanos, informó la agencia en un comunicado publicado el viernes.

Los científicos creen que el virus pudo originarse en murciélagos y posteriormente transmitido a través de otro mamífero, como la civeta o el pangolín, antes de llegar a las personas en un mercado de carne fresca de la ciudad china de Wuhan a finales del año pasado.

En un intento por frenar futuros brotes, China ha restringido la comercialización de vida silvestre y cerrado algunos mercados al aire libre, además de implementar estrictas medidas de contención que aparentemente han frenado casi por completo las nuevas infecciones a nivel local.

La misión de la OMS tiene matices políticos delicados, debido a que Estados Unidos — el principal donador de fondos para la organización — ha iniciado el proceso de deslindarse del organismo, acusándolo de un mal manejo del brote y de favorecer a China.

Durante la asamblea de la OMS en mayo, más de 120 países pidieron investigar los orígenes del virus. China ha insistido en que el organismo encabece la pesquisa y que espera que la pandemia sea controlada. Estados Unidos, Brasil y la India siguen registrando un incremento de casos.

La última misión de la OMS relacionada con el coronavirus en China se llevó a cabo en febrero, después de la cual el líder de la misión, el doctor canadiense Bruce Aylward, elogió al gobierno chino por sus labores de contención y difusión de información. Autoridades de Canadá y Estados Unidos lo han criticado por ser demasiado indulgente con China.

Una investigación de The Associated Press reveló que en enero, funcionarios de la OMS estaban frustrados por la falta de transparencia y acceso en China, según grabaciones internas. Entre las quejas se incluyó que China demoró en difundir un mapa genético, o genoma, del virus por más de una semana después de que tres laboratorios del gobierno ya habían decodificado la información.

En privado, los mandos de la OMS se quejaron en reuniones realizadas en la semana del 6 de enero que China no compartía datos suficientes para evaluar qué tan eficientemente se propagaba el virus entre personas o cuáles eran los riesgos para el resto del mundo, lo que significó perder tiempo valioso.