Nicaragua exige millones de dólares a Estados Unidos por guerra de la década de 1980
Desde 1991 Estados Unidos ha dado por cerrado el caso de la indemnización, que en 37 años únicamente ha sido reclamada por Ortega.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 1 año.
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Nicaragua exigió este martes a la ONU que haga cumplir un fallo de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) contra Estados Unidos, incluyendo una antigua indemnización superior a los 12,000 millones de dólares, según Managua, por los daños causados al financiar la guerra interna en el país en la década de 1980.
“Exigimos a Naciones Unidas hacer cumplir el mandato de la Corte Internacional de Justicia de La Haya, que en 1986 sentenció a los Estados Unidos a reconocer a Nicaragua, al menos en parte, los costos de la destrucción, la agresión permanente (...) durante la demencial y revanchista guerra impuesta a nuestro país, en lo que se llamó la Contrarrevolución”, dijo el canciller nicaragüense, Denis Moncada, en su discurso en la Asamblea de la ONU.
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La reclamación de la indemnización, ordenada el 27 de junio de 1986 en una sentencia de la CIJ, fue abandonada por Nicaragua oficialmente en 1991, pero el Gobierno del presidente Daniel Ortega ha vuelto a insistir en cobrar la millonaria cantidad, en el marco del 37 aniversario de ese fallo.
Con la indemnización monetaria “por supuesto, no se reponen las vidas (...), pero al menos se reconstruye, para todos los nicaragüenses, la infraestructura económica, social, productiva, cultural, que hicieron añicos con su grotesca intervención”, continuó Moncada.
Desde 1991 Estados Unidos ha dado por cerrado el caso de la indemnización, que en 37 años únicamente ha sido reclamada por Ortega.
En su discurso, Moncada dijo además que Nicaragua se suma al reclamo de los países que han denunciado “las políticas agresivas, injerencistas, arbitrarias, injustas, cuyas medidas coercitivas, unilaterales, no solo son ilegales, ilegítimas, sino que constituyen una modalidad de guerra que desestabiliza, destruye, e impone cambios de Gobiernos, a través de golpes de Estado, movilizaciones golpistas y acciones vandálicas”, que “hoy se conoce como eventos de color”.
En ese sentido, Nicaragua envió su solidaridad con los países que “viven esta barbarie nada civilizatoria”, que, a su juicio, provocan “tsunamis migratorios sin precedentes”, y entre los que mencionó a Cuba y Venezuela.
Nicaragua y Rusia: Una alianza humana ineludible
Moncada también envió sus buenas vibras a la República Popular China, de la que dijo es “la potencia que hoy muestra al mundo y a la familia humana cómo se práctica y se vive la solidaridad, la cooperación respetuosa, la hermandad generosa, entre hermanos mayores, hermanos menores, pero todos como una gran familia con destino compartido”.
Asimismo, se solidarizó con la “activa y combatiente” con Corea del Norte “en sus batallas históricas por soberanía y derechos”; así como con Bielorrusia, “siempre digno y solidario”; y con la República Islámica de Irán, “otro ejemplo de compartir y convivir con pueblos asolados por la avaricia imperial”.
“Nuestra fuerza solidaria y combatiente con las heroicas luchas que libra la Federación de Rusia, por la paz y la seguridad, para un mundo que debemos todos defender de las amenazas crecientes de los imperios, y sus políticas neonazis, sus emblemas y contenidos fascistas, que pretenden retornarnos a la insólita perversión de guerras expansionistas y de dominio”, anotó.
Explicó que el apoyo de Nicaragua a Rusia “es un apoyo invariable y una alianza humana ineludible, por la seguridad, el diálogo y la concordia, esencial, insustituible, para la comunidad humana”.