CIUDAD DE MÉXICO. El gobierno de Nicaragua anunció el miércoles que liberó de la cárcel a 12 sacerdotes católicos que estaban detenidos y los envió a Roma, tras un acuerdo establecido con la Santa Sede, según se indicó en un comunicado oficial.

En la lista de religiosos proporcionada por el gobierno de Daniel Ortega, no figura, sin embargo, el obispo católico de Matagalpa, monseñor Rolando Álvarez, acusado de conspiración y condenado a 26 años y cuatro meses de cárcel en febrero pasado.

El comunicado señaló que los sacerdotes, procesados por distintas causas, partieron el miércoles por la tarde a Roma y serán recibidos allí por la Secretaría de Estado del Vaticano.

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Su traslado fue posible “luego de sostener fructíferas conversaciones con la Santa Sede” y como parte de un acuerdo realizado “en un esfuerzo por preservar la paz y el apoyo a la comunidad católica”, indicó.

“Este acuerdo logrado con la intercesión de altas autoridades de la Iglesia Católica en Nicaragua y en el Vaticano, representa la voluntad y el compromiso permanentes de encontrar soluciones”, agregó el texto.

El documento no explica por qué el obispo Álvarez no figura en la lista de sacerdotes excarcelados por el gobierno de Nicaragua, que durante el último año clausuró al menos siete radioemisoras y cinco universidades vinculadas a la Iglesia católica, además de prohibir las procesiones y festividades religiosas masivas.

AP intentó entrevistar al cardenal Leopoldo Brenes, arzobispo de Managua, para conocer detalles del acuerdo y por qué monseñor Álvarez continúa en prisión, pero el religioso no respondió la solicitud.

Monseñor Rolando Álvarez, la voz más crítica de la Iglesia frente al gobierno sandinista, se negó el pasado 9 de febrero a abordar un avión con 222 opositores que estaban presos y fueron desterrados a Estados Unidos. Ortega confirmó en su momento esa información y calificó al sacerdote de “soberbio” y “desquiciado”.

Días después, se supo que había sido condenado de forma expedita y trasladado a la populosa Cárcel Modelo, al norte de Managua, donde aún permanece.

Los sacerdotes desterrados a Italia son Manuel Salvador García Rodríguez, José Leonardo Urbina Rodríguez, Jaime Iván Montesinos Sauceda, Fernando Israel Zamora Silva, Osman José Amador Guillén, Julio Ricardo Norori Jiménez, Cristóbal Reynaldo Gadea Velásquez, Álvaro José Toledo Amador, José Iván Centeno Tercero, Pastor Eugenio Rodríguez Benavidez, Yessner Cipriano Pineda Meneses y Ramón Angulo Reyes.

Nicaragua vive una grave crisis social y política que se inició con protestas antigubernamentales en abril de 2018, que fueron reprimidas por policías y paramilitares con un saldo de 355 muertos, más de 2,000 heridos, 1,600 detenidos y más de 100,000 exiliados en ese año, según organismos de derechos humanos.