CIUDAD DE MÉXICO. El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, llamó el martes “traidor” a su hermano Humberto —a quien la policía puso bajo “vigilancia médica” en su casa hace varios días— por haber condecorado al agregado militar de Estados Unidos en Managua en 1992.

“Él le vendió su alma al diablo”, dijo Ortega durante un acto ante a decenas de militares y policías, en la primera alusión pública a su hermano desde que estalló la polémica hace 12 días, cuando el general retirado ofreció una entrevista que aparentemente irritó al gobierno de Managua.

Sin mencionar su nombre, el gobernante dijo que “el entonces jefe del Ejército” condecoró en enero de 1992 al agregado militar de Estados Unidos, Dennis Quinn, con la medalla Camilo Ortega, lo que calificó como una “vergüenza” y una “traición al pueblo y la patria”.

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Camilo Ortega, el menor de los tres hermanos, fue un guerrillero que murió en combate durante la insurrección final de los sandinistas contra el régimen militar de Anastasio Somoza en 1978. El ejército sandinista, dirigido por Humberto, creó la medalla en su honor tras la caída de Somoza un año más tarde.

El mandatario también se refirió a la presidencia de Violeta Chamorro (1990-1997) como “un gobierno impuesto por los yanquis”, a pesar de que la expresidenta llegó al poder mediante las elecciones organizadas por la propia administración de Daniel Ortega, quien tuvo que entregarle el gobierno en abril de 1990.

Humberto Ortega, quien ya era el jefe del Ejército, continuó en el cargo cinco años más durante el gobierno de Chamorro, hasta su retiro en 1995.

“El jefe del Ejército en ese entonces cometió el sacrilegio de entregarle esa orden... la medalla al valor Camilo Ortega Saavedra al yanqui, qué vergüenza, qué vergüenza, fue una traición al pueblo, a la patria”, afirmó el mandatario durante el acto realizado en la Plaza de la Fe Juan Pablo II, en el viejo centro de Managua.

Luego leyó un decreto oficial emitido “en representación del pueblo presidente”, en el cual se “invalidó” la entrega de la medalla a Quinn, por considerar el acto como una “afrenta” y una “acción de traición vendepatria”.

Humberto Ortega, de 77 años, brindó una entrevista al portal argentino Infobae en la que aseguró que su hermano Daniel no tiene sucesores para relevarlo cuando muera, y que habrá que convocar a elecciones con apoyo del Ejército para evitar “un vacío de poder” y “un caos” en el país.

Tras la entrevista, el diario La Prensa de Managua informó que ese día la policía rodeó su residencia al sureste de la capital y le decomisó teléfonos móviles y computadoras.

Aunque el gobierno no ha confirmado que tiene al exgeneral bajo arresto domiciliario, medios locales aseguran que su vivienda sigue bajo vigilancia y que el hermano del presidente está incomunicado.

Desde el regreso de Daniel Ortega al poder en 2007, su hermano Humberto le ha instado públicamente —y sin éxito— a promover el diálogo y un “proyecto de nación” para dar estabilidad política y económica a Nicaragua.

Tras la rebelión social de abril de 2018, Humberto Ortega criticó la “represión desmedida” de policías y paramilitares contra manifestantes civiles, la cual dejó 355 muertos, más de 2,000 heridos y miles de detenidos, según organismos de derechos humanos.