Nicaragua anuncia “renuncia y retiro” de la OEA
El país denunció lo que a su juicio son acciones “injerencistas” del organismo, que a su vez había objetado las elecciones presidenciales como injustas.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 3 años.
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Managua. El gobierno de Nicaragua anunció el viernes su “renuncia y retiro” de la Organización de los Estados Americanos , informó el ministro del Exterior, Denis Moncada.
Moncada dijo en rueda de prensa que envió una “comunicación oficial” al secretario general de la OEA, Luis Almagro, en la cual el Estado nicaragüense “denuncia la Carta” del organismo hemisférico en rechazo a lo que llamó “sus reiteradas acciones injerencistas” en Nicaragua.
“Estamos renunciando y desvinculándonos de esa organización, dando por terminado el vínculo entre el Estado nicaragüense y la OEA”, indicó el canciller.
Señaló que, en su comunicación a Almagro, el gobierno de Daniel Ortega le expresó su “indeclinable decisión de denunciar la carta de la OEA conforme a su artículo 143, lo que da inicio al retiro definitivo y renuncia de Nicaragua a esta organización”.
El artículo 143 de la Carta Constitutiva de la OEA establece que cualquier país miembro puede denunciarla mediante comunicación escrita a la Secretaría General, pero deberán transcurrir dos años hasta que ese Estado quede desligado del foro americano habiendo cumplido todas sus obligaciones -económicas, técnicas y diplomáticas- con la organización.
Según Haydeé Castillo, defensora nicaragüense de derechos humanos exiliada en Estados Unidos, existe un plazo hasta el 30 de noviembre para que el Consejo Permanente vote en torno a una separación temporal o definitiva de Nicaragua de la OEA.
Edgard Parrales, quien fue embajador del primer gobierno de Ortega ante la OEA (1979-1990) explicó a The Associated Press que aún cuando hayan transcurrido dos años desde esta solicitud, Nicaragua no podrá abandonar el foro hemisférico “si no ha cumplido con sus obligaciones”.
“Al 19 de noviembre de 2023 Nicaragua tendrá que haber cumplido todo lo que la OEA le ha mandatado: respeto a los derechos humanos, a la institucionalidad y al Estado de Derecho. Si no lo ha hecho, no podrá salirse”, dijo el exdiplomático, hoy en la disidencia.
“Esto quiere decir que Ortega deberá liberar a los presos políticos, dejar de reprimir al pueblo y respetar las libertades públicas y la independencia de poderes”, acotó.
A su juicio, la decisión gubernamental revela “capricho, terquedad y tozudez” y “no les resultará como maniobra para evadir sus responsabilidades”.
Parrales agregó que Nicaragua podría perder algunas fuentes de financiamiento externo si la OEA solicitara la suspensión de desembolsos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). No se descarta tampoco que Estados Unidos, como miembro de la organización, presione ante otras entidades internacionales para tomar medidas similares.
“La OEA dejó de ser útil para Ortega y se convirtió en un instrumento descartable por no haberse plegado a los intereses del régimen”, comentó a su vez la analista política Elvira Cuadra en declaraciones al portal 100% Noticias.
Moncada dijo que le manifestó su rechazo a “las reiteradas acciones injerencistas de la OEA en los asuntos internos de Nicaragua” y su defensa “del derecho del pueblo nicaragüense a elegir de forma soberana” a sus autoridades. “No nos reconocemos como colonia de ninguna potencia y reivindicamos el decoro nacional... frente a las violaciones de la Carta de la ONU y del derecho internacional por parte de la OEA”, a la que calificó de una “organización instrumentalizada a favor de intereses norteamericanos”.
La oposición nicaragüense interpretó el retiro de la OEA como una muestra de debilidad del gobierno de Ortega.
Es “una consecuencia de la derrota a su farsa (electoral) del 7.11″, publicó en Twitter el movimiento opositor UNAMOS. “Están repudiados y aislados internacionalmente. El régimen no representa la voluntad de los nicaragüenses. Los compromisos con DDHH (derechos humanos) y la democracia son irrenunciables”, indicó la organización política, cuyos seis líderes principales están presos desde junio.
La semana pasada, 25 países miembros de la OEA aprobaron una dura resolución en rechazo a los comicios generales del 7 de noviembre en Nicaragua en los que Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, fueron reelectos tras haber encarcelado a sus principales rivales políticos y proscrito a tres organizaciones opositoras.
Varios Estados americanos habían propuesto tramitar la aplicación de la Carta Democrática de la OEA a Nicaragua, lo que daría pie a una suspensión del país como miembro del organismo hemisférico.
Por su parte Alexa Zamora, integrante del Consejo Político de la Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB), calificó el anuncio oficial de “show mediático” para evadir “una inminente suspensión de Nicaragua como miembro de la OEA debido al incumplimiento de sus compromisos en materia de democracia y derechos humanos”.
Sin embargo, esto “no exime a la OEA de sus facultades para tomar acciones en esos temas”, dijo Zamora en un video distribuido a periodistas.