Misterio tras el envenenamiento a un exespía ruso
Rusia dice que están usando el incidente para hacer campaña en contra de su país y Gran Bretaña coordina una respuesta.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 6 años.
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LONDRES. El exespía ruso Serguei Skripal y su hija Yulia fueron envenenados con un agente neurotóxico, dijo la policía británica el miércoles.
El jefe de la división contraterrorista de la Policía Metropolitana, Mark Rowley, dijo que se ha calificado el hecho como intento de asesinato, ya que las víctimas fueron envenenadas deliberadamente.
Ambos se encuentran hospitalizados en estado crítico.
Un agente de policía que intentó auxiliarlos cuando se desmayaron en Salisbury el domingo pasado también se encuentra en estado grave, dijo Rowley.
La oficial médica Sally Davies dijo que el envenenamiento presentaba un “riesgo bajo” para el público.
En el caso de Skripal, Gran Bretaña debe actuar según las pruebas y no por los rumores, dijo horas antes la funcionaria responsable de la seguridad pública.
Entre conjeturas acerca de los autores del presunto envenenamiento, la secretaria de Interior, Amber Rudd, presidió una reunión del comité de emergencia del gobierno para estudiar una respuesta.
"Debemos mantener la calma y asegurarnos de reunir todas las pruebas posibles", dijo Rudd. "Debemos asegurarnos de que no respondemos a los rumores sino a todas las pruebas que puedan reunir. Adicionalmente, entonces debemos decidir qué medidas tomamos".
Por su parte, Moscú dijo que se utilizaba el caso para alimentar una "campaña contra Rusia" y tensar aún más las relaciones con Londres.
"Lo que le sucedió a Skripal se ha utilizado inmediatamente para incitar una campaña antirrusa en la prensa occidental", dijo la vocera de la cancillería rusa, Maria Zakharova.
Skripal, un coronel retirado del servicio de inteligencia militar ruso GRU, fue condenado en 2006 de espiar para Gran Bretaña y encarcelado. Fue liberado en 2010 como parte de un muy publicitado intercambio de espías en el cual Washington aceptó entregar a 10 miembros de una célula durmiente que operaba en el país a cambio de cuatro rusos condenados por espiar para occidente.
Skripal, de 66 años, y su hija de 33 aparecieron desmayados en un banco de plaza cerca de un centro comercial en Salisbury, 145 kilómetros al suroeste de Londres. El caso recuerda al del exespía Alexander Litvinenko, quien murió envenenado con polonio radiactivo en 2006, hecho que fue atribuido al estado ruso.