Millennials rechazan política israelí contra palestinos
Una consulta del Centro Pew llevada a cabo este año reveló que el 32% de los estadounidenses de menos de 30 años simpatiza con Israel, comparado con el 23% que simpatiza más con los palestinos.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 6 años.
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Se suponía que el Festival Meteor iba a reunir a grupos de rock “indie” de todo el mundo en lo que los organizadores describieron como una “experiencia musical avanzada que supera fronteras y distorsiona el tiempo y el espacio” similar a Woodstock.
Sin embargo, algunos de los 20 invitados, incluida Lana del Rey, quien había sido anunciada como artista estelar, se retiraron a último minuto, cediendo aparentemente a presiones de una campaña internacional de boicots a Israel promovida por los palestinos.
Las cancelaciones convirtieron al festival del fin de semana, realizado en un sitio bucólico de un kibutz, en un nuevo campo de batalla entre Israel y los promotores del boicot, que se proponen poner fin al dominio israelí sobre los palestinos.
Los organizadores de la campaña celebraron las cancelaciones pues, dicen, reflejan la creciente oposición a las políticas del gobierno israelí entre los millennials de otros países.
“El hecho de que estos artistas estén cancelando sus presentaciones demuestra lo diferente que es la visión de Israel entre la nueva generación”, declaró Diana Buttu, analista palestina que apoya el movimiento, conocido por las siglas BDS.
La campaña comenzó en el 2005 y promueve boicots, el retiro de inversiones y sanciones contra empresas, instituciones culturales y universidades israelíes.
BDS dice que quiere poner fin a la ocupación de las tierras que Israel capturó en la guerra de 1967 y a lo que describe como la discriminación de la minoría árabe por parte de Israel. Defiende el derecho de millones de refugiados palestinos y de sus descendientes a volver a las viviendas que sus ancestros abandonaron y de las que fueron expulsados en la guerra de 1948, cuando se creó el estado judío.
La campaña se compara con el movimiento contra el apartheid en Sudáfrica y su mensaje de no violencia ha sido bien recibido en muchos sectores de todo el mundo.
Israel dice que la campaña enmascara un objetivo final de deslegitimizar el país o incluso destruirlo.
Por más que BDS diga que logró que algunas empresas e inversionistas limiten sus actividades en Israel, el impacto económico de la campaña ha sido modesto. La pujante economía israelí, un centro de alta tecnología, hace que sea atractiva para empresas grandes como Google, Apple, Microsoft y otras. El país es visitado a menudo por líderes mundiales para promocionar los vínculos comerciales.
La cultura y el mundo académico son blancos más vulnerables. Casi todos los artistas que planeen actuar en Israel estos días deben estar preparados para soportar presiones en las redes sociales para que cancelen sus presentaciones.
Un creciente número de artistas, incluidas la actriz israelí-estadounidense Natalie Portman y la cantante Lorde, suspendieron presentaciones en tiempos recientes.
Del Rey se sumó a la lista el 31 de agosto, en que anunció que no asistiría al Festival Meteor tras una intensa campaña de BDS. La artista nominada al Grammy dijo en su cuenta de Twitter que postergaba la presentación hasta que pudiese actuar para israelíes y palestinos.
También se ausentó el grupo indie “of Montreal”, que previamente se había presentado en Israel, diciendo en Facebook que “no es momento de escapismo y celebraciones”.
“Es un momento de activismo y protestas contra el apartheid israelí, la ocupación israelí de la Margen Occidental y las atrocidades en el campo de los derechos humanos que cometen las fuerzas israelíes en Gaza todos los días”, agregó.
Es difícil medir el impacto de las presiones de BDS.
Del Rey no apoyó explícitamente los boicots y Portman dijo con todas las letras que no apoya la campaña de BDS. Del Rey y otros artistas que se ausentaron del Festival Meteor no aceptaron pedidos de entrevistas.
Numerosas figuras prominentes del mundo del espectáculo, incluidos Aerosmith, los Rolling Stones, Madonna, Justin Timberlake y Justin Bieber, han actuado en Israel en los últimos años y el músico australiano Nick Cave acusó al movimiento de hostigar a los artistas que actúan en Israel.
El movimiento, no obstante, alarma a los israelíes y el Ministerio de Asuntos Estratégicos de Israel invierte millones de dólares en contrarrestar la campaña. Incluso prohibió el ingreso de algunos de sus activistas a Israel.
El ministerio dijo que “una pequeña minoría” de artistas no fueron al festival musical, tras dejarse llevar por “la campaña llena de odio del movimiento de boicot a Israel”.
Al final de cuentas, miles de personas asistieron al festival. Muchas acamparon al aire libre y pudieron ver a decenas de artistas durante tres días.
"Hubo buen ambiente y la gente lo disfrutó. Estaban emocionados por los artistas que vinieron y no notaron mucho a los que faltaban" dijo Nitzan Amitay, de 25 años, una organizadora voluntaria del festival.
Todo esto ocurre al tiempo que las encuestas de opinión indican que el apoyo a Israel disminuye entre los millennials de Estados Unidos.
Una consulta del Centro Pew llevada a cabo este año reveló que el 32% de los estadounidenses de menos de 30 años simpatiza con Israel, comparado con el 23% que simpatiza más con los palestinos. La encuesta indicó que el apoyo a Israel es mayor entre la gente de más edad.
Las cifras no son sorprendentes. Los sondeos indican que los millennials estadounidenses tienden a ser más liberales que sus padres en temas como raza, matrimonio de parejas del mismo sexo o migración.
Omar Barghouti, cofundador del movimiento BDS, dijo que la campaña contra el festival Meteor había tenido un éxito “más allá de las expectativas” pues cerca del 40% de los artistas internacionales cancelaron. Agregó que los fans de este tipo de bandas son una audiencia natural para su mensaje.
“El común denominador es que los fans más jóvenes son más progresivos y liberales”, dijo.
BDS tiene en la mira ahora al concurso Eurovisión, que el año que viene se llevará a cabo en Israel. Decenas de artistas europeos, encabezados por el ex líder de Pink Floyd Roger Waters, firmaron una carta la semana pasada pidiendo que el evento sea trasladado a otro sitio.