Militares del 27 Batallón de Infantería en la ciudad de Iguala, en el estado mexicano de Guerrero, sur del país, impidieron este lunes, con gases lacrimógenos, que padres de los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa en 2014 y sus compañeros se manifestaran en el exterior de las instalaciones militares.

Como parte de sus actividades programadas esta semana, ante la cercanía del noveno aniversario de la desaparición en esa ciudad de los 43 estudiantes, el 26 de septiembre de 2014, los padres e integrantes de la Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México (FECSM) intentaron llevar a cabo un mitin afuera de la sede militar.

Los manifestantes llegaron en más de 20 autobuses a esas instalaciones del Ejército mexicano, implicados en la desaparición de los 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa, de acuerdo con los resultados del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI), e iniciaron sus actividades.

Al frente de la protesta estaban los padres y madres con imágenes en gran formato con el rostro de sus hijos desaparecidos y cuando la palabra fue tomada por el abogado del Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan, Isidoro Vicario Aguilar, desde el interior de la sede militar salió la primera bomba de gas tóxico.

El hecho dispersó la protesta pues los militares arrojaron más bombas de gas lacrimógeno. En respuesta los normalistas lanzaron bombas de fabricación casera y le prendieron fuego a un vehículo de carga de la cadena de tiendas Coppel.

La refriega se extendió por varios minutos lo que detuvo el tráfico en las vialidades cercanas y provocó que personas de negocios cercanos y transeúntes se resguardaran del ambiente tóxico que generó el gas.

El pasado jueves 14 de septiembre en Chilpancingo los estudiantes también fueron disuadidos con gases lacrimógenos en su protesta frente a un batallón militar, y el gas con el que fueron dispersados intoxicó a niños de una escuela primaria y un jardín de niños.