Centenares de miles personas celebraron hoy con un colorido desfile en Colonia con motivo del Christopher Street Day la reciente aprobación en el Parlamento alemán de la legalización del matrimonio homosexual y se manifestaron en contra de la discriminación y a favor de los derechos del colectivo LGTBI.

"Nunca más" era el lema del desfile, celebrado en el marco de un fin de semana de celebraciones inaugurado el viernes con una lluvia de corazones rojos por el ministro de Justicia, el socialdemócrata Heiko Maas.

Con este lema, los organizadores querían rendir homenaje a los homosexuales perseguidos por el régimen nazi.

Alrededor de 85 caravanas acompañadas de los manifestantes marcharon por el centro de Colonia.

Un total de 175 banderas con los colores del arcoiris colocadas en uno de los puentes de la ciudad recordaban el artículo 175 del Código Penal, heredado del siglo XIX, endurecido en la época nazi y no abolido hasta 1994, por el cual entre 1949 y bien entrados los 90 hubo alrededor de 64,000 procesos penales contra homosexuales.

En marzo pasado, el Consejo de ministro alemán aprobó un proyecto de ley para indemnizar y anular las condenas impuestas desde el final de la II Guerra Mundial en base a ese artículo.

Numerosos políticos se sumaron a las celebraciones, entre ellos la alcaldesa de Colonia, Henriette Reker, que viajaba en la primera caravana del desfile y quien aseguro que este año con el "matrimonio para todos" los participantes tenían motivos para celebrar.

Aún así, señaló que la discriminación contra los homosexuales sigue presente en al sociedad.

El Parlamento alemán, con el voto en contra de la canciller, Angela Merkel, aprobó el pasado día 30 la legalización del matrimonio homosexual en una polémica sesión en la que los socialdemócratas decidieron vulnerar el acuerdo de coalición con los conservadores, a tres meses de las elecciones generales.

La iniciativa había quedado fuera del acuerdo de gran coalición en 2013 y el Partido Socialdemócrata (SPD), que respetó el pacto los últimos cuatro años, advirtió que sería requisito imprescindible para participar en un futuro gobierno, lo mismo que hicieron los liberales y los verdes.

Ante esa tesitura, Merkel abrió la puerta a tomar una "decisión en conciencia" y el SPD decidió forzar una votación esta misma semana, sin esperar a los comicios del 24 de septiembre, para la que la canciller dio a sus diputados libertad de voto.