El presidente de Argentina, Javier Milei, fue elegido por la revista Time como una de las cien personas más influyentes de 2024, dentro de la categoría Líderes. En la reconocida publicación estadounidense destacaron su victoria en las elecciones presidenciales pese a su corta experiencia política, y hablaron de su campaña de shock y austeridad. Dijeron, incluso, que no habrá vuelta atrás con su gestión.

El ranking general fue dividido en distintas secciones: Artistas, donde prevalece la cantante Dua Lipa; Íconos, en la que se destaca la actriz Taraji Penda Henson; Titanes, con la foto principal del jugador de fútbol americano Patrick Lavon Mahomes; Innovadores, con el empresario taiwanés y CEO de Nvidia, Jensen Huang, a la cabeza; y Líderes, la parte en donde entró el mandatario argentino, que tiene como destacada a Yulia Navalnaya, la viuda del disidente ruso fallecido Alexei Navalny.

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La descripción del mandatario argentino estuvo a cargo de la corresponsal de Time, Vera Bergenguren, que habla español y se encarga de temas de seguridad nacional, tecnología y política. La foto es del reportero gráfico Tomás Cuesta.

“Javier Milei, un profesor de economía radical libertario y excomentarista de televisión con poca experiencia gubernamental, ganó la presidencia en la Argentina con una victoria aplastante en noviembre al prometer sacar al país del borde del colapso económico”, asegura el artículo sobre el mandatario local. “Su victoria sorprendió a los encuestadores y expuso la desesperación de 46 millones de argentinos paralizados por una inflación de tres dígitos y una tasa de pobreza de 40%. ‘No hay vuelta atrás’, dijo a sus seguidores quien se denomina ‘anarcocapitalista’ después de su victoria. ‘La situación de Argentina es crítica’”, puntualiza la revista.

También destaca que el presidente, de 53 años, “perdió poco tiempo” y que les advirtió a los argentinos “que se prepararan para el dolor”. Al respecto acota: “Se embarcó en una campaña de ‘terapia de shock’ con cientos de medidas de austeridad: eliminar 70,000 empleos estatales, recortar la ayuda a las provincias, reducir a la mitad el número de ministerios y devaluar el peso”.

Asimismo, repara en que “decenas de miles de manifestantes” salieron a las calles.

“Al mismo tiempo, las diatribas cargadas de malas palabras de Milei contra los ‘socialistas’ occidentales -y contra los ‘traidores’ que lo desafían en el Congreso- lo convirtieron en un ícono global de la derecha”, define Time al líder libertario.

Y para concluir, el artículo marca: “Si bien es demasiado pronto para decir si las medidas del nuevo presidente tendrán éxito, está claro que tuvo razón en una cosa: con Milei en el cargo, no habrá vuelta atrás para la Argentina”.

En la categoría, el mandatario aparece junto a Navalnaya; la activista de derechos humanos iraní Narges Mohammadi; el primer ministro de Polonia, Donald Tusk; el presidente electo de Taiwán, William Lai; el gobernador de Texas, Greg Abbott; la ministra de Medioambiente de Brasil, Marina Silva; el director de la CIA, William Burns; la escritora que venció al expresidente Donald Trump en la Corte, E. Jean Carroll; la embajadora de Singapur, Rena Lee; el presidente de Filipinas, Ferdinand “Bongbong” Marcos; el primer ministro qatarí Mohammed bin Abdulrahman Al Thani; la congresista estadounidense Elise Stefanik; la fiscal general de Ecuador, Diana Salazar Méndez; el abogado Jack Smith; la madre de un rehén en Gaza, Rachel Goldberg-Polin; el presidente del Banco Mundial, Ajay Banga; el gobernador de California, Gavin Newsom; el presidente de Kenia, William Ruto; la primera ministra italiana, Giorgia Meloni; el primer ministro chino Li Qiang; el director de la Oficina de Programa de Préstamos del Departamento de Energía de Estados Unidos, Jigar Shah; la directora ejecutiva de la agrupación Defensores de la Maternidad Planificada de Ohio, Lauren Blauvelt; y el jefe de la Administración Presidencial ucraniano, Andriy Yermak.

Al conocer que fue incluido en la lista de los 100 más influyentes de este año, Milei exclamó, con ironía ante quienes lo tildaban de no tener representatividad: “Fenómeno barrial. Viva la libertad carajo”.