Un médico indio llamado Girikumar Patil lleva semanas encerrado en un sótano de Ucrania tras la invasión rusa que dio inicio a la devastadora guerra y se niega a irse sin sus mascotas, que incluyen tres perros, un jaguar y a una pantera negra.

“Mis grandes felinos estuvieron pasando las noches conmigo en el sótano desde hace una semana. Hubo muchos bombardeos a nuestro alrededor. Los animales están asustados y han estado comiendo menos. No puedo irme sin ellos. Esta es la segunda guerra que estoy viviendo, pero esto es más aterrador”, asumió el hombre de 40 años en diálogo con BBC para magnificar el drama que vive.

Relacionadas

Patil vivió durante más de seis años en Severodonetsk, un pequeño pueblo ubicado en la región de Donbas, en el este de Ucrania. Hasta antes de la guerra, residía en una casa de dos pisos, con seis habitaciones, que contaba con un pequeño recinto para los animales.

Hijo de un gerente de banco y una maestra, este doctor reveló que siempre fue un “amante de los animales” y que tenía perros, gatos y pájaros en su casa. El hombre proviene de Tanuku, en el distrito indio West Godavari de Andhra Pradesh. Llegó a Ucrania en 2007 para estudiar medicina y, desde 2014, practica la ortopedia y ahora trabaja en un hospital del gobierno. Además, tiene su propio canal de YouTube con el que recauda fondos para sus dos grandes felinos, en el que acumula más de 86 mil suscriptores.

Girikumar Patil
Girikumar Patil (Captura)

“Al principio, quería un tigre de Bengala o un león asiático como mascota. En 2020, mientras visitaba un zoológico local aquí, vi al jaguar, huérfano y enfermo. Con el permiso de las autoridades correspondientes, lo llevé a un hospital veterinario, lo atendí y lo adopté”, reveló.

“Solía llevarlo a caminar por el bosque antes de la guerra. Esos fueron los días más felices de mi vida. Ahora, junto a todas mis mascotas, fuimos al búnker después de que comenzó la guerra. Han sido cooperativos y silenciosos. Pero en este contexto se me está haciendo difícil proporcionarles suficiente carne, ya que no puedo salir con frecuencia”, contó sobre las dificultades que enfrenta.

“Nunca abandonaré a mis mascotas para salvar mi vida. Por supuesto, mi familia me está instando a que regrese, pero mis mascotas son mis hijos. Me quedaré con ellos y los protegeré hasta el último aliento”, prometió.

Giri, que es soltero, estuvo saliendo de su pequeño sótano solo para comprar comida para sus animales (el jaguar macho tiene 20 meses y la pantera es una cachorra de seis meses) después de que termina el toque de queda, temprano en la mañana. Hasta el momento, el médico compró 23 kilos de carne de oveja, pavo y pollo de las aldeas vecinas a precios cuatro veces más altos de lo habitual.

“Soy el único indio aquí y por la noche estoy solo en el vecindario. La mayoría de mis vecinos se mudaron a pueblos cercanos. Yo pienso aguantar”, concluyó.