El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, pronunció el viernes un discurso ante al Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), por el inicio del año judicial 2020, en el que, de manera sorpresiva, reconoció que los problemas del país caribeño van más allá de las sanciones impuestas por el presidente estadounidense Donald Trump.

Maduro dijo que el 2020 debe ser el año del gran cambio para Venezuela. “Somos fuertes para resistir, para luchar, para defender a nuestra patria y su honor, también hay muchos problemas acumulados que meritan nuestra atención y solución”, afirmó.

Prosiguió ensalzando la industria de los zapatos de su país. Sin embargo, dijo que al salir de una fábrica notó que las calles aledañas estaban en mal estado, por lo que comparó la zona industrial con Bagdad debido a los huecos en las calles, los montes de basura y la falta de programas para embellecer la ciudad.

“No nos autoengañemos, hay cosas que están mal y no es por culpa de Donald Trump, es por culpa de nosotros y debemos cambiar todo lo que está mal. Y debemos levantar una gran fuerza ética y moral para cambiar a Venezuela en todos sus aspectos... para mejor, para bien. Y es ahora, no es para mañana, es hoy”, señaló Maduro.

“Que nadie se sienta ofendido, que nadie se sienta triste, pero tenemos que cambiar muchas cosas, por eso me atrevo a proponer a la Asamblea Nacional Constituyente, a su presidente Diosdado Cabello Rondón, que asuma y nombre una alta comisión para hacer una profunda reforma del Poder Judicial venezolano y llevar a un cambio de todas sus estructuras”, anunció. “Necesitamos un nuevo envión de cambios en el Poder Judicial... una mejor Fiscalía”, agregó.

La grave recesión económica, la crisis política en el país y las sanciones de Estados Unidos sobre su industria petrolera han llevado a la producción de crudo venezolano a su nivel más bajo en las tres últimas décadas, con la excepción del desplome en el 2002 y 2003, cuando una huelga en la estatal Petróleos de Venezuela (Pdvsa) hundió las extracciones por debajo de los 100,000 barriles por día.

Cabe precisar que de cada 100 dólares que ingresan a Venezuela, 96 provienen de la venta de petróleo.

La crisis ha provocado una enorme migración, especialmente a países vecinos. Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y la oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), el número de venezolanos que han abandonado su país ha superado los cuatro millones, de los cuales más de 1.4 millones están en Colombia y más de 800 mil en Perú.

El Fondo Monetario Internacional estima que la nación suramericana podría enfrentar este año una contracción de 10%.

La CIDH y Venezuela

Las autoridades venezolanas descartaron el viernes que vayan a permitir la visita la próxima semana de la delegación de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) auspiciada por el líder opositor Juan Guaidó, quien se mantiene desde hace dos semanas fuera del país cumpliendo una gira internacional en medio de una escalada de las tensiones políticas.

“Venezuela no ha invitado o aceptado visita de delegación alguna de la CIDH”, afirmó en su cuenta de Twitter el canciller Jorge Arreaza, y agregó que la visita anunciada por los medios “no está autorizada”.