“Nuestros corazones están rotos y el mundo se ha convertido en un lugar más oscuro para nosotros”.

Así, Debra Robinson, la madre de dos hermanos surfistas que fueron asesinados en México, comenzó a expresarse sobre la trágica pérdida de sus hijos, Jake y Callum Robinson, quienes junto a su amigo estadounidense Jack Carter Rhoad, murieron mientras suponía vacacionar y surfiar en las playas de México.

Desde la desaparición de sus hijos, Debra y su esposo volaron desde Australia a San Diego, California, para estar al tanto de la búsqueda.

La progenitora contó a varios medios estadounidenses, entre ellos CNN, que Callum vivía en San Diego y jugaba para el equipo nacional de lacrosse de Australia. Mientras, Jake era médico y trabajaba en Australia. Los hermanos habían planificado este viaje para pasar tiempo juntos y rememorar su época de surfing porque el hospital en el que Jake trabajaba estaba lejos de la playa.

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“Callum era un personaje adorable y extraordinario y consideraba a Estados Unidos su segundo hogar... Su hermano Jake era un alma feliz, gentil y compasiva que estaba siguiendo una carrera en medicina”, mencionó entre lágrimas a CNN.

Robison trasladará el cuerpo de sus hijos a Australia.

Según las autoridades mexicanas, el homicidio de los tres surfistas extranjeros cerca en Baja California fue por el presunto robo de un vehículo en el que viajaban.

De acuerdo con la hipótesis de la Fiscalía General del Estado de Baja California, compartida en conferencia de prensa, los dos hermanos australianos Callum y Jake Robinson y el estadounidense Jack Carter Road se habrían opuesto al robo, lo que les habría costado la vida.

Las conclusiones preliminares de la fiscal del estado, María Elena Andrade, indican que los supuestos criminales quisieron deshacerse de los cuerpos arrojándolos en un pozo, en donde se ubicaron cuatro cuerpos, de los cuales se confirmó que tres corresponden a los extranjeros.

“Al ver que se salió de control lo que originalmente era un robo, tratan de deshacerse de los cadáveres arrojándolos a este pozo, a una distancia entre seis y siete kilómetros del lugar del primer hallazgo. Esto fue lo que sucedió. No fue un ataque en calidad de turistas. Fue en calidad de robar un vehículo. Seguramente desconocían el origen de estas personas”, dijo Andrade en su comparecencia.

La fiscal agregó que “todos presentan orificio por arma de fuego en la cabeza”.