Antofagasta (Chile).- En medio del desierto de Atacama, el más árido del mundo, un grupo de expertos en efectos especiales hizo llover hace unos días en Quillagua, un villorrio que lleva el distintivo de ser el lugar más seco del planeta.

A unos 1.600 kilómetros al norte de Santiago, en la región de Antofagasta, una empresa de vestuario simuló una intensa lluvia en este pueblo rural de no más de 120 habitantes y de humilde raigambre.

El publicista y creador de la campaña, Sebastián Zegers, señaló a Efe que "buscando e investigando llegamos al hallazgo de que en Chile existe el pueblo más seco del planeta. No hay un lugar más seco que este pueblo que se llama Quillagua", enfatizó.

"Este es un lugar en el que no llueve casi nunca. Aquí hay niños que nunca han sentido la lluvia, y gente que también nunca ha visto un arcoíris. Entonces dijimos, llevemos la lluvia a aquellos que no han disfrutado la lluvia, y así nació la campaña", añadió Zegers.

Quillagua es un valle que, pese a lo desértico de la zona, destaca por la presencia de un puñado de árboles que resisten al intenso calor y ayudan a caracterizar a este pueblo como un oasis en medio del desierto.

 El poblado linda con el río Loa, el afluente más largo de Chile, que atraviesa el desierto de Atacama, desde su origen en la cordillera de los Andes, hasta el océano Pacífico.

"La lluvia es una maravilla, y es lo más saludable en el mundo, sobre todo con el cambio climático. Eso debería ser una fiesta y nosotros con el concepto de disfrutar la lluvia, pensamos qué podemos para que esta marca de a conocer este concepto de que la lluvia es para disfrutarla", señaló Zegers.

La simulación de la lluvia estuvo a cargo de un grupo de expertos en efectos especiales climáticos que emuló una intensa precipitación de agua en varias áreas de Quillagua.

La actividad reunió a todos los moradores que se agruparon entre las seis manzanas que dividen a esta comunidad de ascendencia aymara, un pueblo indígena que pobló las mesetas andinas de América del Sur durante el periodo prehispánico.

El 2002, la revista National Geographic consideró a Quillagua como el punto más seco del planeta a consecuencia de los 0,5 milímetro que habían caído hasta esa fecha.

14 años después el pluviómetro no ha variado en demasía, puesto que este instrumento sólo ha registrado una llovizna tras un temporal que azotó el norte de Chile y que devastó ciudades en la región de Atacama, por aluviones y desbordes de ríos que dejaron 28 muertos y miles de damnificados en marzo de 2015.